Presos se amotinan en Brasil por suspensión de visitas
RÍO DE JANEIRO (AP) — Un grupo de reos de una prisión en el estado de Amazonas, en el norte de Brasil, tomó como rehenes a siete guardias por varias horas el sábado en protesta contra la suspensión de todas las visitas en medio de la pandemia del nuevo coronavirus., informaron las autoridades.
Tras más de cinco tensas horas, la secretaría de seguridad pública estatal anunció que la situación está bajo control en la prisión de Puraquequara sin muertos ni heridos, y los guardias han sido liberados.
Las visitas fueron suspendidas a mediados de marzo, dijeron parientes de los reclusos, y durante semanas circularon rumores en las redes sociales de que el virus había comenzado a propagarse en el penal. Sin visitas, la mayoría de las familias están totalmente separadas de sus parientes recluidos sin posibilidades de comunicarse con ellos.
“Están enfermando y no podemos visitarlos o llevarles medicinas. No tenemos noticias de ellos”, declaró Regina Silva Barroso, cuyo hijo de 19 años está en la prisión, a The Associated Press.
La última vez que ella tuvo contacto con su hijo fue hace más de un mes, mediante una llamada telefónica de dos minutos. Desde entonces no había recibido noticias de parte de su hijo ni de las autoridades penitenciarias.
“Todas las familias están desesperadas”, agregó.
Los motines se registran regularmente en las prisiones de Brasil, sobrepobladas y sin suficiente personal, y en ocasiones los amotinamientos terminan en matanzas. Los custodios batallan para mantener el control de los reos, y muchos de ellos dependen de las pandillas para obtener alimentos, dinero y protección.
Muchos temen que la crisis sanitaria por el COVID-19 y la suspensión de visitas familiares detonen aún más disturbios.
“Las visitas fueron suspendidas como medida para limitar el coronavirus”, explicó Rocinaldo Silva, presidente de un sindicato de trabajadores penitenciarios en el estado de Amazonas. “Pero a los prisioneros no les interesa tanto la situación sanitaria. Para ellos lo más importante es recibir visitas. Esto está creando cierta ansiedad entre ellos”.
“Si no se atiende la seguridad, existe el riesgo de que la misma situación ocurra en otras instalaciones”, subrayó Silva.
La tarde del sábado, horas después de que se anunciara que la situación había sido controlada, cerca de 200 personas permanecían esperando a las puertas de la prisión, pidiendo a las autoridades información sobre las condiciones de los reos y la reanudación de las visitas.