En Italia se preguntan ¿quién es exactamente un “congiunti”?
ROMA (AP) — Cuando el premier italiano Giuseppe Conte dijo que el gobierno mitigaría algunas normas de la cuarentena nacional, anunció que a partir del 4 de mayo la gente podrá viajar dentro de sus regiones para visitar a sus “congiunti”. Los italianos, en la octava semana del confinamiento para inhibir el coronavirus, corrieron a buscar sus diccionarios.
“Congiunti” es un término formal que significa pariente, familiar o consanguíneo. Durante la cuarentena los italianos sólo pueden salir de casa para realizar trabajos esenciales o comprar víveres y medicamentos.
Por eso los ciudadanos encerrados en casa buscaron aclaración ¿Qué parientes? ¿De qué grado? ¿Un primo segundo es pariente? ¿Un cuñado? La relativa libertad anticipada por el premier el domingo por la noche dependía aparentemente de un sustantivo en desuso.
La definición correcta es más que pedante en Italia, un país donde el concepto generoso de familia abarca a grandes clanes unidos por lazos de sangre o matrimonio. Cualquiera que fuera la intención del gobierno, “congiunti” sería un componente esencial de la trama de buena parte de la vida en Italia.
Al día siguiente, Conte trató de aclarar la confusión, pero sólo consiguió agravarla. El premier reconoció que “congiunti” es una “formulación amplia y genérica”. Lo que quería decir, afirmó, era que los italianos podían visitar a “parientes y aquellos con los que mantienen relaciones de afecto estable”.
¿Padrinos? ¿Amantes de larga data? ¿Parejas que están de novios desde hace años sin fijar la fecha de la boda, como sucede con frecuencia en Italia?
Un programa periodístico matutino de la radio estatal trató de analizar gramaticalmente el significado de relaciones de afecto estable. Se vio inundado por llamadas y mensajes de texto.
Un entrevistado, abogado especialista en derecho matrimonial, dijo que en su experiencia algunas parejas de una semana tenían relaciones más estables que ciertos cónyugues que llevaban años de casados.
En cuanto al concepto de regiones de residencia, el conductor del programa dijo que un residente del este de Sicilia podía recorrer cientos de kilómetros para visitar parientes al otro lado de la isla, pero no podía visitar a un ser querido a pocos kilómetros en Calabria, una región distinta en la otra margen del estrecho de Messina.
Para Bianca Amodeo, de 17 años, esa situación hipotética es una penosa realidad. Está de novia desde hace un año y medio —un vínculo de afecto sumamente estable para muchos adolescentes— con un chico que vive cerca en cuanto a kilómetros, pero justo al otro lado del límite regional entre Marche y Abruzzo.
Para mayor angustia, amigas de Bianca tienen novios que viven más lejos pero en la misma región y están planeando encuentros para la semana próxima.
Según su madre, Olga Anastasi, “hay una sensación profunda de injusticia”.
“Cuando un carabiniere (policía) te detiene para preguntarte a dónde vas, ¿puede determinar qué es una relación estable?”, se preguntó Anastasi, una abogada especializada en divorcios y asuntos juveniles.
Algunos ven problemas graves de desigualdad. Los matrimonios entre personas del mismo sexo no son legales y los defensores de los derechos civiles temen que estas parejas y sus hijos queden excluidos de la categoría de “afecto estable”.
Cuando por fin averigüen a quiénes pueden visitar, tendrán que descifrar cómo expresarán su afecto. La medida obliga a todos a usar cubrebocas y mantener la sana distancia durante la visita.