ARCHIPIÉLAGO DE FRIOUL, Francia (AP) — En el archipiélago francés de Frioul hay una inquietante sensación de que la historia se repite. Las islas mediterráneas, a 4 kilómetros (2 millas) de la ciudad portuaria de Marsella, sirvieron como un centro de cuarentena durante epidemias mortales en siglos pasados, ayudando a proteger a Francia continental de la infección.
Ahora, en medio de una cuarentena por el coronavirus y sin turistas, los pocos residentes en las islas se sienten distanciados otra vez, abandonados. La percepción es que ahora nuevamente se las deben arreglar en gran parte por sí solos.
“No experimentamos el mismo tipo de cuarentena por el que Frioul ha pasado antes, pero las personas definitivamente temen a este virus”, dijo Patrick Tellier, el único enfermero en el archipiélago que alguna vez albergó a tripulaciones enfermas durante la Gran Plaga de Marsella en 1720 y durante la epidemia de la fiebre amarilla en 1821.
Ahora sólo las gaviotas visitan los antiguos bolardos en donde los barcos en cuarentena solían anclar. La cuarentena nacional de Francia, que comenzó el 17 de marzo, ha eliminado el flujo de turistas que solían sentirse atraídos por la historia del archipiélago, las playas pintorescas y los montes salvajes.
Los 150 residentes de las islas, la mayoría jubilados, están en cuarentena en sus botes atracados o en departamentos.
Tellier dirige un centro de atención médica para ellos desde un pequeño velero. Píldoras y kits para pruebas de sangre llenan los huecos y recovecos. Tellier vive con su perro en una pequeña casa construida en donde había un hospital que atendía a marineros en cuarentena en los siglos XVIII y XIX.
Gaviotas se postran en un barandal en el desierto Fuerte de Ratonneau en Frioul, sur de Francia, el sábado 18 de abril de 2020. El ahora aislado archipiélago de Frioul suele recibir a más de tres mil visitantes al día durante la temporada turística. Durante la cuarentena por el coronavirus y sin turistas, los poco residentes de la isla se sienten abandonados para que se las arreglen en gran parte por sí solos. (AP Foto/Daniel Cole)
Un barco está sobre una colina en el archipiélago de Frioul durante las medidas de cuarentena de Francia para contener la propagación del nuevo coronavirus, en el sur de Francia, el sábado 18 de abril de 2020. (AP Foto/Daniel Cole)
Fotografía de un edificio abandonado en la isla Ratonneau en Frioul, sur de Francia, sábado 18 de abril de 2020. Durante la cuarentena por el coronavirus y sin visitas, los pocos residentes de la isla sienten que fueron abandonados para hacerse cargo en gran parte ellos mismos. (AP Foto/Daniel Cole)
El tripulante de un transbordador se estira en el desierto puerto de Frioul antes de salir rumbo a Marsella, sur de Francia, el martes 14 de abril de 2020. Debido a las medidas de aislamiento de Francia para contener la propagación del nuevo coronavirus, el servicio de transbordadores entre Marsella y el histórico archipiélago de Frioul está limitado a los residentes. (AP Foto/Daniel Cole)
Anne Sansly gesticula mientras cuenta una historia sobre su esposo fallecido en la cabina de su bote en el puerto de Frioul, sur de Francia, el sábado 18 de abril de 2020. Sola en su barco durante el periodo de cuarentena en Francia, Anne lee, escribe y canta para pasar el tiempo. (AP Foto/Daniel Cole)
El archipiélago de Frioul fotografiado desde un transbordador vacío en la costa de Marsella, sur de Francia, el domingo 19 de abril de 2020. En el archipiélago de Frioul hay una inquietante sensación de que la historia se repite. Las islas mediterráneas a 4 kilómetros (2 millas) de juntarse con la ciudad portuaria de Marsella sirvieron como un centro de cuarentena durante epidemias mortales en siglos pasados, ayudando a proteger a Francia continental de la infección. Ahora los pocos residentes en las islas otra vez se sienten distanciados, abandonados para que se las arreglen en gran parte por sí solos. (AP Foto/Daniel Cole)
Patrick Tellier conduce su motoneta en el puerto de Frioul, sur de Francia, el martes 14 de abril de 2020. Tellier es el único enfermero de la isla y ha continuado atendiendo a pacientes desde su barco a través de llamadas y videoconferencias durante el brote del coronavirus. (AP Foto/Daniel Cole)