Panamá promete mejorar condiciones de migrantes en Darién
PANAMÁ (AP) — Las autoridades de Panamá se comprometieron el viernes a mejorar las condiciones en que están albergados más de 1.600 migrantes --entre ellos haitianos, cubanos y africanos--, varados en la provincia selvática de Darién debido a la pandemia del nuevo coronavirus que ha infectado a algunos de los extranjeros.
La ministra de Salud, Rosario Turner, dijo que se le proveerá mascarillas a los migrantes y que han sido reubicados aquellos que dieron positivo a COVID-19, aunque no precisó el número. Esta es la primera admisión oficial de que hay contagios entre los migrantes en Darién.
El gobierno se movilizó a esa zona en la frontera con Colombia, que se ha convertido en uno de los más recientes focos de contagios y en medio del malestar de los migrantes que exigen ayuda y que se les permita seguir su trayecto por tierra hacia el norte del continente.
En una reunión de una comisión oficial de alto nivel en Darién, en que participaron varios migrantes y representantes de organismos internacionales, se les dijo a los extranjeros que su demanda de seguir la ruta en autobuses hacia Costa Rica no era viable, debido a la cuarentena indefinida y las restricciones en las fronteras para contener la pandemia en el país centroamericano.
Esas medidas suspendieron el flujo, que con la coordinación de las autoridades migratorias y del Servicio Nacional de Fronteras, se realizaba desde el año pasado tras generarse un repunte de esa migración irregular por la peligrosa jungla de Darién, proveniente de Sudamérica.
Ello prolongó el confinamiento de unos 1.687 migrantes en la comunidad indígena de Peñitas y de 297 en la de Bajo Chiquito, según cifras ofrecidas por la oficina de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Panamá. Los migrantes proceden principalmente de Haití, Cuba y de países de África y Asia Meridional que buscan llegar a Norteamérica.
La representante de la OIM en Panamá en la reunión, Idiam Osorio, dijo por teléfono a The Associated Press que los migrantes plantearon que “querían seguir su curso”, además de sus demandas de mejores condiciones de albergue, comida y agua.
“Fue bastante complicado porque la demanda de ellos era ‘queremos irnos’, algunos dijeron ‘no nos interesa el agua’, pero se hizo ese trabajo de mediación con el acompañamiento de los organismos para tratar de que entendieran que no es una alternativa en estos momentos”, señaló Osorio.
“Y que lo que podemos ofrecer es mejora de condiciones para que su estancia sea más llevadera”, agregó la representante de la OIM. “Ellos estuvieron de acuerdo”.
Detalló que en un esfuerzo por buscar alternativas de distanciamiento y al hacinamiento en Peñitas, se acordó habilitar un espacio amplio en la provincia que no afecte a la comunidad y que permita hacer una separación y enviar allí a los migrantes o familias que no presenten síntomas del nuevo virus y previo estudio epidemiológico coordinado por las autoridades de Salud. A ese lugar las autoridades proveerían carpas, agua potable y letrinas.
También la provisión de alimentos, lo que plantea una serie de desafíos “para los que nadie estaba preparado”, dijo Osorio, en referencia a que antes de la pandemia era una población en tránsito y que permanecía en Darién algunos días.
Refirió que un albergue en Lajas Blancas --una zona cercana a Peñitas-- está operativo desde el domingo y que hay allí “un número determinado de personas con coronavirus positivos” y familiares que han estado cerca, a los que se les está monitoreando.
Calificó como “postura muy humana”, de parte de las autoridades, el haber enviado a un hospital hotel a dos mujeres migrantes mayores de edad que se pusieron mal por el contagio.
Panamá registraba hasta el viernes por la tarde 3.972 personas con el virus y 116 defunciones. Si bien las zonas metropolitanas y periféricas de la capital son las que más casos acumulan, el número de infectados en Darién ya superaba el centenar, según el reporte más reciente