El Tour de Francia queda en el limbo
PARÍS (AP) — Después de semanas aferrándose a la esperanza de que el Tour de Francia podría disputarse pese a la pandemia de coronavirus, la carrera más emblemática del ciclismo se sumó finalmente a la lista de competencias deportivas aplazadas.
La carrera de tres semanas aún podría hacerse realidad este año. Diarios franceses informaron el martes por la noche que se ha fijado una nueva fecha para agosto.
Tanto L’Equipe como Le Parisien informaron que los organizadores esperan ahora que la competición pueda llevarse a cabo del 29 de agosto al 20 de septiembre.
Con esa nueva fecha, el Tour terminaría en los Campos Elíseos justo en momentos en que estaría comenzando el reprogramado Abierto de Francia de Tenis, a unos kilómetros de ahí, en el oeste de París.
La empresa organizadora del Tour, Amaury Sport Organisation, no respondió de inmediato a una solicitud de The Associated Press para que confirmara las nuevas fechas. Sin embargo, autoridades locales en la Alta Saboya tuitearon que la última etapa de montaña pasaría por sus cumbres el 17 de septiembre, en la 18va etapa de la carrera.
Originalmente, la largada del Tour estaba prevista para el 27 de junio en Niza, la ciudad en la Riviera francesa.
Pero el presidente Emmanuel Macron esencialmente tomó la decisión en el discurso ante la nación el lunes, en el que anunció que todos los eventos públicos masivos han quedado cancelados al menos hasta mediados de julio.
“Dado que ahora es imposible que el Tour comience en la fecha contemplada, estamos en consultas con (la Unión Ciclista Internacional) para buscar nuevas fechas”, dijeron los organizadores el martes.
Habría que remontarse a 1946 para encontrar la última vez que el Tour no se pudo realizar. En aquel entonces, el país estaba saliendo de la Segunda Guerra Mundial.
Tampoco se pudo disputar durante la Primera Guerra Mundial.
Aunque la carrera podría ser cancelada del todo, los organizadores tantean otras fechas. Los nuevos planes podrían ser anunciados incluso a fines de abril tras reuniones entre Amaury Sport Organisation y la UCI.
Realizar la carrera sin la presencia de legiones de espectadores al costado de las rutas y puertos de montaña en Francia — una idea propuesta previamente por la ministra de deportes Roxana Mărăcineanu— no es del agrado de los organizadores.
Año tras año, millones salen a presenciar el Tour, en un ambiente festivo en diversas regiones del país. La edición de este año cuenta con 21 etapas, la más larga de todas con una distancia de 218 kilómetros (135 millas). Se necesita el desplazamiento de miles de agentes de policía para vigilar a las muchedumbres, así como velar que los ciclistas puedan pedalear sin ser obstaculizados.
Los corredores también necesitan estar en óptimas condiciones de físicas. Después de semanas de confinamiento en sus hogares, los competidores necesitarán de varias semanas de entrenamiento para ponerse en forma.
También se tendrán que abrir las fronteras, de modo que corredores como el campeón del año pasado — el colombiano Egan Bernal — puedan viajar a Francia.
Otra complicación es modificar el calendario mundial del ciclismo, cargado de carreras en la temporada, incluyendo el Giro de Italia y la Vuelta a España.
El Giro, que se iba a disputar en mayo, fue pospuesto el mes pasado. La ronda española, que organiza Amaury, aún mantiene sus fechas originales del 14 de agosto al 6 de septiembre.
Sin embargo, sería factible que se moviera una o dos semanas.
Si el Tour se realiza tras la Vuelta en septiembre, podría coincidir con el reprogramado Abierto de Francia de tenis. El torneo de Grand Slam, que se suele disputar en la arcilla de Roland Garros a fines de mayo e inicios de junio, quedó previsto entre el 20 de septiembre y el 4 de octubre.