AMLO participa en su 1ra cumbre internacional... sin salir
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Con más de un año en el poder, el presidente Andrés Manuel López Obrador participó el jueves en su primera cumbre internacional, aunque el tema _la pandemia del coronavirus_ significó que no tuvo que salir de México para llegar.
López Obrador, que no ha salido del país desde que asumió el puesto el 1 de diciembre de 2018, exhortó a los asistentes a la reunión en línea de las 20 economías más industrializadas del mundo a ayudar a los que tienen menos recursos. Propuso que las Naciones Unidas asuman el control de “todo lo relacionado con los medicamentos y equipos” para combatir el virus de forma que el reparto sea parejo.
“Cuando ocurren estas cosas el que tiene más posibilidad económica acapara”, afirmó el mandatario en su conferencia de prensa diaria tras la sesión del G20.
La preocupación del presidente acerca de la economía ya de por sí estancada de México y el enorme sector de la población que no tendría los medios para capear una parálisis económica están detrás del titubeo gubernamental para tomar medidas más restrictivas con el fin de reducir la propagación del virus.
Sin embargo, el gobierno federal suspendió el jueves todas sus actividades salvo las esenciales, mientras que López Obrador se tomó tiempo en su conferencia de prensa diaria para dar una revisión a los síntomas de la enfermedad y exhortar a la gente a que permanezca en casa.
El presidente les dijo a los otros líderes mundiales que en los planes de recuperación económica tras la pandemia deben estar incluidos los pobres.
“En el proceso de recuperación económica debe darse atención especial a las microempresas familiares y a todos los que trabajan en la llamada economía informal, los que se buscan la vida como pueden”, afirmó posteriormente en su conferencia de prensa.
Hizo notar específicamente la capacidad de Estados Unidos de gastar miles de millones de dólares en artículos que ahora tienen fuerte demanda como los ventiladores para los que más los necesitan, haciendo que para otros países sea más difícil hallarlos y provocando un alza en los precios.
Desde hace tiempo López Obrador ha afirmado que tiene mucho que hacer en México para pasar tiempo viajando al extranjero como otros jefes de Estado. Ha delegado esas labores a su secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y también ha hecho que otros funcionarios gubernamentales disminuyan sus viajes, parte de sus medidas de austeridad.
México tenía 585 casos confirmados del coronavirus el jueves y ocho muertos.
López Obrador ha sido criticado por no tomar medidas más agresivas contra la pandemia y minimizarla mientras alentaba a los mexicanos a seguir con su vida normalmente.
Su gobierno sigue enviando mensajes contradictorios. El mandatario señaló que sus asesores en temas de salud le dijeron que México debería estar mejor en este tema para el 19 de abril. Pero hace unos días, el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell indicó que, si es exitoso el plan del gobierno para impedir que la curva epidemiológica suba y mantener las infecciones a un nivel manejable, la epidemia podría no alcanzar su punto más álgido en el país sino hasta agosto.
Eduardo González Pier, exsubsecretario de Salud y miembro del Instituto México en el centro de investigación Wilson Center, dijo que México está entrando a esta crisis con un sistema de salud pública sin recursos suficientes y que sufre de años consecutivos de recortes presupuestales, y con la economía ya en recesión.
Si a eso se le añade la caída en los precios del petróleo, una fuente importante de recursos para el gobierno, México enfrenta la que pudiera ser su crisis más grave en décadas desde una posición muy debilitada.
“El sistema de salud se verá sobrecargado mucho más rápido de lo que ha sucedido en otros países, y probablemente esto va a incrementar el número de fallecimientos o la tasa de mortalidad de los casos confirmados”, afirmó González durante una discusión el jueves organizada por el instituto.
Se desconoce qué tanto más rápido ocurrirá, en parte debido a que México está muy limitado en pruebas de coronavirus. La última cifra que el gobierno dio este mes es que tenía 9.100 kits de pruebas y que sólo había utilizado una fracción.
“Yo diría que hay consenso de que las pruebas no han sido emplazadas en la forma en que deberían, en especial si uno ve a los ejemplos exitosos, básicamente países asiáticos _ Singapur, Corea, Japón_ donde se realizaron pruebas ampliamente”, afirmó González.
“Y a menos de que se permita la realización de pruebas generalizadas en el sistema, va a ser muy difícil, o incluso realmente complicado, medir la magnitud del problema y qué tanto se ha logrado disminuir el ascenso de la curva”, agregó.
La estrategia de México de aplanar dicha curva también podría tener consecuencias económicas, que a su vez pudieran producir sus propios efectos negativos sobre la salud, señaló. El estancar la economía por un período extendido reducirá los recursos que el gobierno tiene para confrontar el problema y le provocará problemas personales a los que se quedaron sin ingresos.
“Así, creo que tenemos que repensar un poco qué significa aplanar la curva en México, especialmente cuando tenemos una economía muy débil y al mismo tiempo también tenemos un sistema de salud muy débil”, planteó González.