Gobernador de Florida enfrenta dilema entre economía y salud
ST. PETERSBURG, Florida, EE.UU. (AP) — El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha estado caminando sobre la cuerda floja durante semanas en la crisis del coronavirus, tratando de proteger tanto a los residentes vulnerables al virus como a la tambaleante economía en un estado de 21 millones de habitantes.
El suyo es un ejemplo claro del dilema que enfrentan también el presidente y los gobernadores en todo Estados Unidos. Su estado tiene una población numerosa _un gran porcentaje de la cual es anciana y especialmente vulnerable al virus_ y una economía floreciente cuyo colapso pudiera resultar en la pérdida de centenares de miles de empleos.
El éxito o fracaso de las decisiones del gobernador republicano pudieran tener consecuencias grandes para la recuperación de la economía nacional, no se diga las elecciones presidenciales. Ningún estado es más crucial para la reelección del presidente Donald Trump.
Sus críticos dicen que DeSantis está considerando demasiado cómo sus acciones pudieran afectar al presidente Trump o su relación con éste.
"No creo que DeSantis tome decisiones sin consultarlas con el presidente o con aquellos cercanos al presidente", dijo la representante estatal demócrata Anna Eskamani.
Al igual que Trump, DeSantis se ha resistido a imponer un confinamiento en todo el estado, como lo han hecho Nueva York, California e Illinois. En lugar de ello, el gobernador ha optado por un enfoque gradual, diciendo que se impongan medidas restrictivas solamente en los condados más afectados.
Ha dicho que hacer otra cosa podría costar centenares de miles de empleos de los floridanos. Casi una tercera parte de los condados en Florida no han registrado casos confirmados de COVID-19, pero la mayoría de ellos son pequeños y rurales.
La decisión más controversial de DeSantis se produjo esta semana, cuando emitió una orden ejecutiva que requiere que todo el que llega al estado del área de Nueva York _que ha registrado el mayor aumento de casos en el país_ se someta a una cuarentena de 14 días. Las autoridades en Florida han dicho que la mayoría de las personas en el estado y que contrajeron el virus viajaron recientemente o estuvieron en contacto con alguien que lo hizo.
Los lazos entre Florida y Nueva York son profundos. La mayoría de los nuevos floridanos proviene de Nueva York. En 2018, el año más reciente del que existen cifras oficiales, más de 63.000 neoyorquinos se mudaron a Florida, casi el doble de los residentes de la vecina Georgia.