Reticencia de muchos hispanos a participar en censo de EEUU
FORT WORTH, Texas, EE.UU. (AP) — Cristina Otera, de 59 años, nunca llenó los formularios del censo a pesar de que vive desde hace más de dos décadas en la misma casa amarilla de una esquina en la que crió a sus hijos y ahora atiende a sus nietos.
Olivera reside en el barrio United Riverside, poco más de tres kilómetros (dos millas) al este del centro de Fort Worth, en una de las áreas más difíciles de contabilizar del país, según la Oficina del Censo.
En el 2010, menos del 60% de los hogares de la zona enviaron los formularios por correo, lo que obligó a que empleados golpeasen las puertas para ver si conseguían que la gente llenase los formularios. Ahora se corre el peligro de que no se cuente bien la cantidad de gente que vive en United Riverside en el censo del 2020, de acuerdo con la oficina del censo y con el Centro para Investigaciones Urbanas de la City University de Nueva York.
Todos los años se asignan 675.000 millones de dólares para transporte, cupones alimenticios, almuerzos escolares y seguros médicos para menores en base a la información que recaba el censo. Si no se contabiliza a todos los residentes de una zona, esas comunidades probablemente no reciban lo que les correspondería y los contribuyentes y organizaciones sin fines de lucro terminan cubriendo la diferencia, según el Fort Worth Star-Telegram.
Solamente en el 2016, Texas recibió más de 59.000 millones de dólares a través de 55 programas federales en base a la información del censo del 2010, indicó un estudio del 2019 de la Universidad George Washington.
Para reducir las posibilidades de que no haya un recuento cabal, la Oficina empezó a enviar postales en febrero invitando a la gente a responder por la internet, por teléfono o por correo. La gente recibirá los formularios entre el 12 y el 20 de marzo, con instrucciones en inglés y en otros 12 idiomas.
La Oficina planea lanzar una campaña llamada Estadísticas en las Escuelas para instruir a los menores acerca del censo, en la esperanza de que empujen a sus padres a participar y lleven material educativo adicional a sus casas.
Otera dice que no recibió nada por correo en el 2010 y que nadie de la Oficina se presentó en su casa. Agregó que si recibe algo este año, probablemente no lo llene.
“Es algo que no me afecta”, sostuvo en español. “Es pura política y no me gusta mezclarme en esas cosas”.
El censo no incide en la política. Cada diez años determina cómo se reparten las 435 bancas en la Cámara de Representantes entre los 50 estados. Texas puede ganar tres bancas.
El censo del 2020 será usado asimismo para reconfigurar los distritos electorales y ayudará a dar forma a dos nuevos distritos en Fort Worth.
Otero no sabía que los almuerzos gratis que reciben sus nietos en la escuela primaria Versia L. Williams Elementary, ubicada frente a su casa, son afectados por el censo.
“Es por eso que es tan importante contar a todos”, dijo Karen Molinar, enlace entre el distrito escolar de Fort Worth y los esfuerzos de la Oficina por educar al público acerca de la importancia de llenar el formulario del censo. “Si no lo hacemos, el dinero va a otro sitio y nosotros terminamos ajustados, luchando por encontrar fondos”.
A nivel nacional, se calcula que un millón de menores de cinco años no fueron contabilizados en el 2010, según la Oficina.
Texas fue el estado con más niños menores de cinco años que no fueron contados, 102.406, seguido por California con 101.854 y la Florida con 71.307, de acuerdo con una publicación del Count All Kids Committee, que abarca organizaciones nacionales, estatales y locales de todo el país. Debido a esa cuenta inexacta, Texas dejó de percibir casi 119 millones de dólares anuales desde el 2010 para programas federales de salud, seguridad y bienestar de menores y familias.
En el condado de Tarrant, 6.800 niños menores de cinco años --el 4%-- no fueron contabilizados, según un análisis de datos del censo hecho por el Fort Worth Star Telegram. La Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Elegidos comprobó en el 2016 que 4.000 de los menores no contabilizados en el condado eran hispanos.
Los menores en hogares como el de Otera, en los que se cuida a un niño durante el día mientras sus padres trabajan, tienden a no ser contabilizados. Los niños que viven con un padre soltero o en una casa con varias generaciones de personas también corren peligro de no ser contadas, de acuerdo con la Oficina del Censo.
Molinar encabeza la subcomisión educativa y es jefa de despacho del Departamento de Políticas y Planificación del distrito escolar de Fort Worth. Empezó a trabajar en el distrito como maestra de primer grado hace más de 20 años y está segura de que si los maestros les hablan a los padres acerca de la importancia de llenar el formulario del censo, estarán más dispuestos a participar.
“Tenemos una relación con nuestras familias porque los vemos donde están”, explicó. “Tomó años ganarnos su confianza”.
En marzo del 2019 el gobierno de Donald Trump decidió preguntar por la ciudadanía en el censo del 2020. Más de dos docenas de estados y ciudades demandaron al gobierno, diciendo que ello violaba la constitución y haría que mucha gente no sea contada.
La Corte Suprema prohibió esa pregunta en junio pasado, un mes después de que trascendiese información de un estratega republicano fallecido según la cual el gobierno quería incorporar la pregunta para ayudar a los republicanos a armar distritos electorales favorables, según un informe del New York Times.
Mireya Flores, de 45 años y cuya hija de seis años Miriam y una sobrina también de seis años, Analí Espinoza, van a la escuela Versia L. Williams Elementary, dijo que no sabía que la pregunta sobre la ciudadanía había sido descartada.
“Tengo familiares que no tienen papeles”, afirmó Flores, aludiendo al status inmigratorio de parientes que viven con ella. “No les creo cuando dicen que no van a usar (la información) en contra nuestro”.
Las leyes estipulan que la información recabada en el censo debe ser confidencial, usada solo con fines estadísticos.
Un colorido volante a ser distribuido en las escuelas dice que “la Oficina del Censo jamás compartirá información con los organismos del servicio de inmigración, como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), la policía o el FBI, ni permitirá que esta información sea usada para determinar si se pueden recibir beneficios del gobierno”.
La Oficina del Censo está invirtiendo 50 millones de dólares en avisos dirigidos a los hispanos para combatir el temor que hay en torno a la pregunta sobre la ciudadanía, según informó Politico en febrero.
Javier Valles, de 28 años, dijo que todos los días las radios en español explican por qué es importante llenar el formulario, pero no sabía qué impacto tiene la consulta en su vida diaria.
Valles, quien es propietario de una empresa de pintura electrostática en Fort Worth y maneja un Cadillac XTS, dijo que las calles de United Riverside son seguras y que todos se conocen. El único problema son los baches en las calles.
“Tuve que alinear mi auto tres veces desde que lo compré”, manifestó Valles. “Sería bueno que arreglen las calles”.
“El censo afecta a todos”, expresó Mirgitt Crespo, directora ejecutiva de programas federales del distrito escolar de Fort Worth. “Si la gente de estas comunidades necesitadas no participa en el censo, otra comunidad se llevará el dinero y nosotros deberemos buscar fondos del estado, de los contribuyentes y de organizaciones sin fines de lucro”.
Toda persona que vive en Estados Unidos está obligada por ley a participar en el censo del 2020. El censo se llevará a cabo el 1ro de abril.