Velan a exsecretario general de ONU en cancillería de Perú
LIMA (AP) — El cadáver de Javier Pérez de Cuéllar, el único latinoamericano que ha sido secretario general de Naciones Unidas, era velado el viernes con los máximos honores en la cancillería de Perú.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo el mismo día en un comunicado que el peruano, quien tuvo el cargo en dos periodos que abarcaron de 1982 a 1991, fue un “tenaz defensor de la paz” en un periodo “histórico y desafiante”.
Su muerte a los 100 años, la noche del miércoles en su residencia de Lima, recibió mensajes de pesar de casi todos los países de la tierra, informó la cancillería a The Associated Press.
El féretro de color caoba llegó a la cancillería cargado por seis hombres de raza negra que usaban traje sastre oscuro, corbata pajarita, camisa y guantes blancos, una costumbre limeña con reminiscencias coloniales difundida entre las clases adineradas y que ha sido usada por siglos.
El presidente Martín Vizcarra acompañó por media hora el velorio junto a Francisco y Agueda Pérez de Cuéllar, los dos hijos del más influyente diplomático peruano.
Vizcarra se retiró sin hablar con la prensa, pero su gobierno declaró duelo nacional el viernes y el sábado y ordenó izar las banderas peruanas a media asta en las embajadas de Perú y todas las oficinas públicas.
Pese a su enorme reconocimiento global, Pérez de Cuéllar no era un personaje popular entre los peruanos de a pie. No hubo colas masivas para ver su féretro y el acceso a la cancillería era limitado incluso para la prensa nacional e internacional.
Pérez de Cuéllar consiguió un histórico cese al fuego entre Irán e Irak en 1988, la paz entre el gobierno y la guerrilla en El Salvador y más tarde ayudó a restablecer la democracia en su natal Perú.
Álvaro de Soto, exembajador peruano en Francia y quien trabajó bajo las órdenes de Pérez de Cuéllar en la ONU, dijo a la AP que el fallecido diplomático tenía un raro sentido del equilibrio y la oportunidad “entre posiciones de contrincantes que se estaban tratando de matar”.
Recordó que Pérez de Cuéllar le comentaba “que todas las mañanas se ponía una bolsa de hielo encima de la cabeza para estar seguro de mantener la cabeza fría y no caer víctima de pasiones”.
“Yo creo que me lo decía metafóricamente, ¿no?, pero eso ilustra un poco su labor”, dijo De Soto, quien también es profesor visitante de la Escuela de Asuntos Internacionales de París.
Cuando asumió el cargo de secretario general de Naciones Unidas el 1 de enero de 1982, Pérez de Cuéllar era un diplomático peruano poco conocido. Luego, sus logros en busca de la paz llegaron por todo el globo, incluso en los minutos finales de su gestión, como ocurrió con el acuerdo de paz entre el gobierno salvadoreño y guerrilleros izquierdistas el último día de 1991.
En Perú se postuló sin éxito a la presidencia en 1995, pero fue derrotado por el entonces mandatario Alberto Fujimori (1990-2000). A los 80 años abandonó su retiro en París para hacerse cargo de la cancillería y de la presidencia del Consejo de Ministros durante la gestión del presidente Valentín Paniagua, quien gobernó Perú interinamente hasta julio de 2001.
La impecable trayectoria y credenciales democráticas de Pérez de Cuéllar contribuyeron entonces a dar credibilidad al gobierno provisional, el cual organizó nuevas elecciones.
Más tarde, el entonces presidente Alejandro Toledo (2001-2006) le pidió asumir la embajada peruana en Francia, cargo que mantuvo hasta 2004 y con el que finalizó su carrera diplomática.
Recibió doctorados honoris causa en decenas de universidades del mundo y fue condecorado en unos 25 países. En 1987 le dieron el premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional.
Tras su retiro se mantuvo fuera de la escena pública dedicándose a leer literatura, su segunda gran pasión, y también a escribir una novela ambientada en Lima llamada “Los Andagoya”.
Su entierro se realizará el sábado en el más antiguo cementerio de Lima, Presbítero Maestro, donde está sepultada su segunda esposa, la peruana Marcela Temple, quien falleció en 2013.