Excombatientes FARC exigen más protección y seguridad
BOGOTÁ (AP) — Más protección y seguridad.
Esta exigencia volvió a escucharse el martes entre decenas excombatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que en meses recientes han reclamado al gobierno de Iván Duque las muertes entre sus integrantes.
Los exguerrilleros formaron un movimiento político tras el acuerdo de paz firmado con el entonces presidente Juan Manuel Santos en 2016 y aseguran que, de entonces a la fecha, al menos 186 exguerrilleros han sido asesinados.
Unas 50 personas se reunieron en el centro de Bogotá por la noche y, con banderas en mano, gritaban: “¡Duque, pare este genocidio!”.
“Este plantón y cacerolazo es (para) llamar la atención de la sociedad colombiana, para que se sensibilice frente al fenómeno de estos asesinatos que vienen ocurriendo a este grupo a diario en todo el país, en contra de los que firmamos la paz”, señalo a The Associated Press el excomandante y ahora senador Carlos Antonio Lozada, quien se hizo presente en la protesta.
Según Lozada, los asesinatos de sus compañeros han ocurrido a manos de grupos ilegales y del narcotráfico, especialmente en las zonas de Catatumbo, Antioquia, Chocó, Cauca, Nariño y Meta.
Emilio Archila, consejero presidencial para la estabilización con las FARC, dijo por su parte a la AP que “nosotros le damos la mayor prioridad a la seguridad de los excombatientes”.
“Tenemos una mesa interinstitucional (en la que) se han tomado y adoptado medidas de protección por parte del Ministerio de la Defensa”, agregó. “En este momento hay más de 250 esquemas de seguridad para proteger a unos 350 excombatientes por su riesgo de seguridad”.
Según Archila, el “enemigo” de los excombatientes son los grupos ilegales, no el gobierno.
Desde la firma de la paz en 2016, el proceso ha tenido altibajos. No todos los colombianos apoyaron el proceso y hace varios meses un grupo de excombatientes anunció un rearme, lo que disparó las alarmas en el país que vivió la guerra interna más larga de todo el continente.
Ariel Ávila, de la Fundación Paz y Reconciliación, una ONG que sigue la situación, señaló a la AP que el proceso de reincorpora con de estos excombatientes ha tenido muchas dificultades, pero la más crítica e todas es la muerte de los excombatientes.
“Esto está llevando a que cientos de exguerrilleros sientan temor por su seguridad física y esto podría llevar a que aumenten las disidencias”, aseguró.
Por su parte, un vocero de la Fiscalía General que pidió el anonimato por no estar autorizado a dar declaraciones a la prensa dijo a la AP que la Unidad Especial de Investigación tiene el siguiente registro: de diciembre pasado hasta el día de hoy, ha habido 258 ataques en contra de excombatientes y familiares de las FARC. De estos casos, se han logrado esclarecer únicamente 121. Por otra parte, se han contabilizado 214 amenazas contra excombatientes, de las cuales 97 se han esclarecido.
Entre los posibles autores de los asesinatos, las autoridades señalan a disidentes de las FARC, a miembros del Clan del Golfo --red principal del narcotráfico colombiano-- o a integrantes de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El conflicto armado de Colombia (1964-2016) entre los rebeldes de las FARC, los paramilitares y el Estado dejó al menos 262,000 muertos, 60,000 desaparecidos y millones de desplazados.
Entre otras cosas, el acuerdo de paz de 2016 estableció que los rebeldes debían entregar sus armas y reincorporarse a la sociedad, el reconocimiento a las víctimas, la creación de una comisión de verdad y un apartado sobre mecanismos de refrendación del proceso.
Asimismo, dispuso la participación política de los antiguos rebeldes, que permitió legalizar un partido político, Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, y les otorgó diez bancas en el Congreso. Sin embargo, muchos manifestaron su temor de ser perseguidos y asesinados al entregar las armas.
El comandante de las fuerzas militares, general Luis Navarro, señalo que desde que se firmó la paz a la fecha hay unos 2.700 disidentes de las FARC en diferentes partes del país.