Brasil despliega a fuerzas federales tras disparos a senador
RÍO DE JANEIRO (AP) — Un senador brasileño fue baleado el miércoles mientras trataba de intervenir en una huelga de policías militares que exigen mayores salarios en el estado nororiental de Ceará, ante lo cual las autoridades desplegaron a las fuerzas federales.
El senador Cid Gomes, exgobernador del estado, recibió un disparo en el pecho y fue trasladado a un hospital cercano, el cual emitió un comunicado nocturno en el que señaló que se encuentra estable y respira sin asistencia.
Un video que circulaba en la televisión muestra a Gomes tratando de conducir una retroexcavadora a través de la puerta de un cuartel de la policía, detrás de la cual protestaban agentes con pasamontañas. También muestra el momento en que las ventanas del vehículo son baleadas. De momento se desconoce de dónde provenían los tiros.
Poco antes de dirigirse a la protesta, Gomes publicó un video en Twitter en el que se decía enojado y convocaba a la gente a que lo ayudara a poner fin a la huelga. Al llegar al lugar tenía un megáfono.
“Tienen cinco minutos para marcharse. Ni uno más”, advirtió detrás de la puerta de metal que separaba a su grupo de los agentes enmascarados.
Se pudo escuchar a un hombre que estaba de pie entre los manifestantes gritarle: “¡No tienes la autoridad para hacer esto!”, previo a un breve altercado físico.
Minutos después, Gomes intentó embestir la retroexcavadora contra la barrera y fue impactado por al menos una bala.
Un número desconocido de agentes se declararon en huelga el martes, insatisfechos con las negociaciones que entablaron con el estado para un incremento salarial. En Brasil, la policía militar está a cargo de patrullar las calles, entre otras labores, y es ilegal que suspenda sus labores.
Durante el día ocurrieron pequeños actos de vandalismo en el estado. Hombres enmascarados invadieron varias instalaciones policiales, golpeando ventanas y perforando neumáticos. En un caso, varios individuos se llevaron unas patrullas y las estacionaron en fila, bloqueando las calles cercanas.
En la ciudad de Sobral, donde el exgobernador de 56 años resultó herido, unos hombres que portaban pasamontañas y estaban en vehículos de la policía obligaron a los negocios a cerrar por el día, reportó el portal de noticias G1.
El secretario de Seguridad Pública estatal informó en una conferencia de prensa realizada al mediodía, horas antes de que Gomes fuera baleado, que las autoridades no tolerarían la huelga ilegal. Señaló que cerca de 260 agentes ya estaban siendo investigados, y advirtió que cualquier policía que participara en el paro no recibiría su salario y posiblemente sería despedido.
Sergio Moro, ministro de Justicia y Seguridad Pública, dijo en un comunicado el miércoles por la noche que desplegaría a las fuerzas federales para que ayuden a mantener el orden. La policía federal y la policía de carreteras federales también fueron enviadas a Sobral para garantizar la seguridad del senador.
El Foro de Seguridad Pública de Brasil, una organización independiente que monitorea las estadísticas de crímenes a nivel nacional, condenó la violencia.
“Sin importar lo legítimas que sean las exigencias de los agentes de seguridad pública para un mayor salario, es inaceptable que agentes de la policía malos propaguen el miedo y el pánico entre la población”, se lee en un comunicado.
En 2017, cientos de elementos de la policía se declararon en huelga en el estado Espírito Santo y fueron acusados formalmente. El paro derivó en una ola de violencia, en la que hubo saqueos y quema de autobuses. Las escuelas cerraron, y también se interrumpieron los servicios médicos y de transporte público. Para contener el alboroto, el gobierno federal desplegó más de 3.000 soldados de la Guardia Nacional y de las fuerzas militares.
Durante las últimas protestas de la policía en Ceará ocurridas en 2011, muchas personas fueron detenidas.
“Si muestran sus rostros, están despedidos o arrestados”, dijo Manuela Barroso, portavoz de una asociación de la policía militar.
“La situación de hoy es diferente”, comentó, expresando temor de que la huelga pueda derivar en saqueos y enfrentamientos en un estado que ya tiene niveles de violencia altos. “En ese entonces, la ciudad no era tan peligrosa como lo es hoy”.