Guatemala: joven que cree fue secuestrado busca a su familia
CIUDAD DE GUATEMALA (AP) — Ignacio Segura tiene borrosos recuerdos de su infancia antes de ser adoptado por una pareja canadiense en los años ochenta, pero está convencido de que fue separado por la fuerza de su familia biológica durante la guerra civil de Guatemala.
“Estábamos pequeños, éramos como 15 niños en el suelo, con los brazos y las piernas abiertas. Había una pared y del otro lado se escuchaban disparos... al fondo, un helicóptero”, dijo Segura, que cree tener entre 35 y 36 años, al hablar con los medios el martes.
También recuerda que estuvo internado algunos años en un hogar llamado Elisa Martínez, posteriormente cerrado, que se dedicaba a cuidar niños guatemaltecos que luego eran dados en adopción a extranjeros.
“Quiero conocer mi historia”, dijo Segura, que lleva el nombre que le dieron en el hogar y que volvieron a cambiarle sus padres adoptivos, con quienes no mantiene ningún lazo. “Vino una familia blanca de Canadá y me llevaron”, recordó.
Segura fue separado a los 15 años de sus padres adoptivos por denuncias de maltrato infantil y estuvo en varios hogares de acogida hasta que se independizó a los 18 años.
El joven regresó por primera vez a Guatemala en 2005 pero recién en 2017 una amiga le mostró un artículo sobre los niños desaparecidos durante el conflicto armado y empezó su búsqueda.
“En el artículo hablaban del orfanato donde estuve” y donde también permanecieron otros tres niños que llegaron al mismo tiempo que él a Canadá, relató.
Raúl Nájera de la agrupación Hijos, integrada por hijos de personas desaparecidas durante la guerra civil de 1960 y 1996, supone que Segura podría ser uno de los 5.000 niños que, según sus registros, habrían sido secuestrados por oficiales del ejército guatemalteco y luego dados en adopción.
En 20 años la Liga de Higiene Mental ha logrado reencontrar con sus familiares a 505 niños -de los cuales de siete entregaron los cuerpos- que habían desaparecido en la guerra civil, dijo el director de esa organización, Marco Antonio Garavito.
La búsqueda de personas desaparecidas en Guatemala ha estado a cargo de organizaciones no gubernamentales. El Estado no ha participado en el proceso y un proyecto de ley para hallar a los desaparecidos lleva 11 años en el Congreso sin ser debatido.
Segura, que vive en Canadá y cree haber nacido en el departamento de Escuintla -al sur de la capital guatemalteca-, ha dado muestras de su ADN al banco de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala que tiene registradas unas 14.000 para su comparación con las de familias que buscan a niños desaparecidos.
El joven anticipó que varios afiches serán colocados en lugares públicos con una fotografía de cuando era niño y la leyenda “Estoy buscando a mi familia” para que lo ayuden a contactar a sus familiares.
Su caso no es el primero que se conoce en Guatemala. La historia de dos niños separados de sus familias durante una masacre en el norteño departamento de Petén en 1982 se hizo mundialmente famosa por la película “Encontrando a Oscar”, producida por Frank Marshall y el famoso cineasta Steven Spielberg.
Entre las décadas de 1960 y 1990 miles de niños y adultos desaparecieron en Latinoamérica durante los conflictos civiles internos o los regímenes de facto.
En Argentina las Abuelas de Plaza de Mayo estiman que unos 500 niños fueron secuestrados junto a sus padres o nacieron durante el cautiverio de sus madres en la dictadura de 1976 a 1983. La organización humanitaria sostiene que en su mayoría fueron robados por los represores que los criaron como propios o los entregaron a allegados. De ellos, 130 han recuperado su identidad.