El frío agrava la crisis de los desplazados en Siria
BEIRUT (AP) — Una ofensiva militar sobre una región del noroeste de Siria controlada por la oposición creó una de las peores catástrofes para los civiles en la larga guerra civil que asola el país. Cientos de miles de personas tuvieron que huir y muchas duermen al aire libre y bajo los árboles con temperaturas gélidas.
La campaña del ejército de Damasco en la provincia de Idlib y en zonas rurales de la vecina Alepo también mató a cientos de civiles, pero el duro invierno ha agravado el dolor.
El clima ha contribuido a al menos 10 muertes: cuatro personas fallecieron por hipotermia, una familia de cuatro murió asfixiada en su tienda y dos más se quemaron cuando la suya se incendió, explicó Mohammed Hallaj, coordinador del Grupo de Coordinación de Respuesta en la zona.
Nizar Hamadi, de 43 años, perdió a su hermano y a otros tres parientes, incluyendo un niño de tres años. La familia tuvo que huir varias veces para esquivar la rápida ofensiva gubernamental y terminó en un asentamiento compuesto por rudimentarias tiendas unidas con palos y telas.
“Fue destino de dios que hiciese mucho frío. Las temperaturas no estaban por debajo de los -8 o -9 (grados Celsius; 15 Fahrenheit) y esto es muy raro en Siria", contó a The Associated Press desde la localidad de Binnish, en Idlib.
Según contó, su hermano, Steif Abdel-Razak Hamadi, se había trasladado al norte por los ataques en Binnish y habilitó un refugio para su familia en Killi. El martes, instaló un calentador de carbón y, cuando cayó la noche y el fuego se apagó, lo puso dentro de la tienda y se fue a dormir con su esposa, dos hijos y un nieto.
“Durante toda la noche, la calentador estuvo absorbiendo todo el oxígeno en la tienda”, dijo Hamadi.
Cuando un hijo que dormía en otra tienda se despertó y fue a la de sus padres, los encontró a los cuatro muertos.
El asalto del gobierno, respaldado por Rusia, sobre Idlib, el último bastión de la oposición, dejó más de 830.000 desplazados desde el 1 de diciembre, y la mayoría huyeron a zonas más seguras cerca de la frontera con Turquía, dijo Stephane Dujarric, vocero de Naciones Unidas, el viernes. Al menos 143.000 personas tuvieron que moverse en los últimos tres días.
“Las necesidades humanitarias están creciendo exponencialmente”, apuntó Dujarric. “La emergencia en curso agrava la situación humanitaria ya grave de la gente en el noroeste, que son vulnerables tras años de crisis, violencia, recesión económica y, por supuesto, múltiples desplazamientos”, explicó.
Familias aterrorizadas apiñadas en camionetas y autos, sentadas sobre colchones y mantas, atascando enlodadas carreteras rurales protagonizan desgarradoras escenas de éxodo recurrentes en el conflicto sirio, que está en su noveno año.
Alrededor de la mitad de la población de la región ya había tenido que trasladarse desde otras partes, por lo que los campos formales están llenos.
“Hace frío, está nevando y nuestra vida es terrible, no podemos soportar este frío y los niños tampoco pueden”, dijo una mujer que se identificó con el apodo Um Muhammad, que había huido recientemente y estaba instalando una tienda de campaña cerca de la frontera con Turquía.
Los combates han matado a 1.700 personas desde el pasado abril, y la última campaña militar está interrumpiendo las operaciones de ayuda, según la ONU. Hasta el 11 de febrero, al menos 72 instalaciones médicas habían suspendido sus servicios por la inseguridad o los desplazamientos masivos, agregó.