Llega FMI a Buenos Aires para negociación clave por deuda
BUENOS AIRES (AP) — El ministro de Economía de Argentina, Martín Guzmán, brindó un panorama alentador de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el principal acreedor del país sudamericano, y destacó que existe “un creciente entendimiento mutuo” para una solución al problema de la deuda externa.
No obstante, advirtió el miércoles que “va a haber frustración de parte de los bonistas”, dando a entender que se ofrecerá una fuerte quita de capital en la negociación que lleva adelante el gobierno de Alberto Fernández para reestructurar una deuda de unos 100.000 millones de dólares y evitar una nueva cesación de pagos en menos de dos décadas.
“Con el FMI se viene trabajando de forma constructiva... en cada reunión que se tienen se hacen progresos”, dijo Guzmán en una exposición ante la Cámara de Diputados.
Más temprano llegó a Buenos Aires una misión del organismo para reunirse con funcionarios argentinos, mientras organizaciones sociales y grupos de izquierda se movilizaron para exigir que el país no pague.
Argentina, con un largo historial de incumplimientos, el último en 2001, atraviesa una recesión económica con una inflación que en 2019 fue de 53,8%, la más alta de los últimos 28 años. A su vez cerca del 40% de la población es pobre.
“Hay una voluntad firme de pagar la deuda, pero no hay capacidad para hacerlo”, aseveró Guzmán. “Para poder pagar Argentina tiene que crecer y para poder crecer se tiene que sacar de encima el peso de una deuda que asfixia”.
Pese a la expectativa que había generado su presencia en el Congreso, Guzmán no dio precisiones sobre la propuesta argentina.
“La propuesta no es amigable ni agresiva, el enfoque es sostenible”, indicó. “No hay peor opción que la austeridad fiscal en recesión. Esa va a ser una premisa central al proponer una política de deuda” al FMI.
La estrategia oficial apunta a lograr un acuerdo con el FMI por un total de 44.000 millones de dólares del préstamo otorgado en 2018 al expresidente Mauricio Macri en medio de una crisis cambiaria.
“La relación con el FMI es crucial”, dijo a The Associated Press Alberto Ramos, director gerente y jefe de economía de América Latina del grupo Goldman Sachs. “Me parece que el Fondo tiene voluntad de ayudar a la Argentina pero para eso es necesario que las autoridades argentinas se alejen de políticas intervencionistas y heterodoxas y demuestren clara voluntad y capacidad de mejorar la situación fiscal en no más de 2-3 años”.
Para muchos argentinos, el FMI es mala palabra porque se le considera coautor de las crisis económicas que ha sufrido el país sudamericano desde el retorno de la democracia en 1983.
“Cuando un trabajador de la Argentina escucha la palabra FMI sabe que por delante se vienen largos períodos de oscuridad”, afirmó Damaris Rolón, vocera del frente de organizaciones en lucha (FOL), que se movilizaron hacia las oficinas locales del FMI.
“Repudiamos presencia de FMI en el país y seguiremos en las calles para evitar que esa deuda sea renegociada y pagada”, advirtió Rolón.
La misión del organismo está encabezada por el encargado del caso argentino, el economista venezolano Luis Cubeddu. Los técnicos permanecerán una semana y se reunirán con funcionarios, empresarios y banqueros.
El índice Merval de la bolsa de Buenos Aires tuvo una leve alza de 0,28% mientras que el riesgo país estaba en los 1.961 puntos básicos luego que en la víspera rozó los 2.000 puntos básicos. En el mercado de cambios, el dólar también registraba una leve suba.
El presidente Fernández ha dicho que Argentina se da un plazo hasta el 31 de marzo para un acuerdo con acreedores, pero los últimos días fueron una prueba de lo complejo que serán las negociaciones.
Fernández tiene experiencia en renegociación de la deuda. Era el jefe de gabinete de ministros del gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) cuando Argentina le pagó 10.000 millones de dólares al FMI y logró una reestructuración de títulos con una fuerte quita para acreedores afectados por el default en 2001.
El actual gobierno ofreció a principios de este mes un canje para cambiar el perfil de un bono dual (emitido en pesos, pero atado a la evolución del dólar) por el cual debía pagar este jueves unos 100.000 millones de pesos (alrededor de 1.700 millones de dólares).
La propuesta de canje tuvo la adhesión del 10% de los tenedores, por lo que la operación fracasó. La víspera Economía anunció que postergará para el 30 de septiembre el pago de capital.
Al respecto, Guzmán apuntó “no vamos a permitir que fondos de inversión extranjera marquen la pauta de la política macroeconómica”, lo que le valió un cerrado aplauso en el recinto de diputados.
Verisk Maplecroft, una consultora dedicada al análisis de riesgos y pronósticos basada en Inglaterra, estimó en 72.22% el riesgo de que el país sudamericano declare la cesación de pagos antes de fines de 2020.
“El tiempo sigue siendo el principal impulsor del riesgo... porque Argentina tiene una mayor cantidad de deuda, más comités de acreedores dispersos y un plazo más corto que otros países que emprendieron con éxito un proceso de reestructuración similar”, evaluó.