Flamengo brasileño intenta superar incendio con 10 muertos
RÍO DE JANEIRO (AP) — Cuando Marília de Barros Silva se enteró de que el popular equipo brasileño Flamengo había fichado a un futbolista por casi 17 millones de euros (18,6 millones de dólares), sintió tristeza, pero también resentimiento.
Durante un año ha tratado en vano de alcanzar un acuerdo con el club de Río de Janeiro tras la muerte de su hijo adolescente, Arthur Vinicius, en un incendio en la residencia para jóvenes futbolistas de su ciudad deportiva.
De Barros Silva dijo que no podía dar crédito la cantidad que se había pagado por la nueva estrella del equipo. La cifra eclipsa la indemnización que ella y la fiscalía trataban de conseguir del Flamengo por la pérdida de su hijo, un prometedor defensor que había llegado a jugar con la selección Sub17 de Brasil, agregó.
El sábado se cumple el primer aniversario del incendio que mató a 10 jugadores de la cantera de Flamengo, todos con edades comprendidas entre los 14 y los 16 años. Fue “la peor tragedia” en los 124 años de historia del club, repite desde entonces su presidente, Rodolfo Landim.
En este sombrío panorama, Flamengo tuvo una de sus mejores temporadas de las últimas décadas. Ganó el torneo estatal de Río, su primer campeonato de liga desde 2009 y la prestigiosa Copa Libertadores en una igualada final contra el River Plate argentino. No se coronaban en la máxima competición sudamericana por equipos desde hacía 38 años.
Pero aunque sus éxitos de 2019 le ayudaron a firmar varios contrarios millonarios por jugadores, solo llegó a acuerdos de indemnización con cuatro de las 10 familias afectadas. Las negociaciones con las demás parecen estancadas y una investigación policial sobre un posible delito de homicidio finalizó el viernes.
En un país donde una de cada cinco personas es hincha de Flamengo, de Barros Silva y otros padres se preguntan cuándo les llegará la justicia y la paz.
“Es insensibilidad de Flamengo pasar esa página”, dijo en su humilde casa en el estado de Río de Janeiro.
Como otros padres, quedó emocionalmente destrozada por la falta de empatía del club, apuntó. Algunos ni siquiera recibieron una llamada telefónica de la directiva.
“Una persona vino a mi casa para traerme una camiseta de Flamengo, me dio el pasaporte (de Arthur) y la bandera de Flamengo, pero no siquiera sabía el nombre de Arthur”, recordó.
Documentos aparecidos poco después de la tragedia mostraron que la institución había incumplido durante años las normativas de la ciudad en su centro de entrenamiento, acumulaba multas y que la fiscalía estatal cuestionó el trato dado a los jugadores de la cantera y la estructura, similar a contenedores, en la que se alojaban.
Los abogados de las familias de los futbolistas y expertos en incendios señalaron que el poliuretano empleado en la construcción de los dormitorios podría haber alimentado el rápido incendio.
La directiva de Flamengo dijo que las condiciones de su ciudad deportiva mejoraron desde el incidente y que cumple con el pago mensual de 10.000 reales (2.300 dólares) a las familias ordenado por un tribunal.
“Flamengo es una fuerza inconmensurable. Nos sentimos como hormigas luchando contra gigantes”, explicó Mariju Maciel, abogada de la familia de uno de los fallecidos durante una vista en la legislatura estatal de Río el viernes.
En 2019, los ingresos brutos de Flamengo alcanzaron los 857 millones de reales (200 millones de dólares) _ el mejor dato de un club brasileño en una única temporada _ gracias a los patrocinadores y a los derechos de televisión. Además, ganó mucho dinero con la venta de jugadores, como la de los delanteros Vinicius Júnior y Reinier a Real Madrid, que le habrían reportaron unos 75 millones de euros (82 millones de dólares).
Esto permitió que el club más popular de Brasil invirtiese también mucho dinero en la contratación de futbolistas.
Hace apenas unos días, el club acordó pagar cerca de 17 millones de euros a Inter de Milán por los servicios del goleador Gabriel Barbosa, conocido como Gabigol, que llegó cedido la pasada temporada. La contratación más cara de Flamengo en 2019 fue la del mediocentro uruguayo Giorgian de Arrascaeta, que costó casi 20 millones de euros (unos 22 millones de dólares).
Paradójicamente, el buen rendimiento económico del equipo generó algunas acusaciones de oportunismo hacia las familias de las víctimas. Algunos aficionados afirmaron que están utilizando la tragedia para tratar de sacar provecho económico manchando la imagen de su amado club en el proceso.
Pero la institución también ha sido atacada. En al menos tres ocasiones, la afición rival coreó lemas como “equipo asesino” durante los partidos. El último incidente, ocurrido en un juego en el histórico estado de Maracaná de la ciudad, hizo que el tribunal deportivo de Río abriese una pesquisa.
La policía que investigaba el incendio en las instalaciones de Flamengo envió el jueves sus conclusiones _ en 13 volúmenes _ a la oficina de la fiscalía estatal para su revisión. Los fiscales estudiarán si presentan cargos por homicidio u homicidio involuntario, reportaron medios locales.
Landim, el presidente del equipo, apuntó que el éxito financiero del club y la compensación a las víctimas no deberían están ligados.
“Estos son dos procesos totalmente distintos. Uno tiene que ver con el daño que causamos a las familias, y el otro es el resultado económico del club”, explicó Landim el domingo en una entrevista realizada por la propia institución y publicada en su canal de YouTube.
En el video aparecía también uno de los vicepresidentes del equipo, Rodrigo Dunshee, quien señaló que la indemnización ofrecida a las familias era satisfactoria. “Tenemos un límite”, añadió.
En el parlamento estatal, donde el director ejecutivo del club, Reinaldo Belotti, compareció solo después de ser amenazado con una “orden de detención”, los abogados de las familias insistieron en que no habían logrado sentarse a hablar con Flamengo desde que rechazaron una oferta meses atrás.
Los padres no demandaron al equipo porque no tienen acceso a la pesquisa policial, explicaron los abogados el viernes.
Mientras Flamengo se prepara para otra temporada excelente, las familias esperan impacientes a que la fiscalía concluya su revisión de la investigación y están aprendiendo a vivir con su pérdida.
De Barros Silva echa de menos a su hijo sobre todo por las noches, cuando solía sacar un momento para hablar con él por teléfono.
“Mi mirada va directamente a mi reloj a las 20:50, la hora a la que solía hablar con él”, dijo. “Es interesante eso, el corazón de una madre”.
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Los videoperiodistas de The Associated Press Lucas Dumphreys y Diarlei Rodrigues contribuyeron a este despacho.