De gira, Guaidó visita una España agitada políticamente
MADRID (AP) — Juan Guaidó, el hombre que hace un año lanzó una campaña para destituir al presidente venezolano Nicolás Maduro, visitó España el sábado, donde le esperaron una próspera comunidad de venezolanos y una tormenta entre los partidos políticos españoles.
Guaidó, el principal líder de la oposición venezolana, realiza una gira internacional para recabar apoyo a sus intentos, respaldados por Estados Unidos, de sacar a Maduro del poder y dirigir el país hasta que se celebren unas elecciones presidenciales consideradas transparentes.
Guaidó pasó por Londres, París y el Foro Económico de Davos a principios de esta semana, donde fue recibido por los líderes y jefes de gobierno de la Unión Europea, entre ellos el primer ministro británico Boris Johnson y el presidente francés Emmanuel Macron. El sábado se encontró en medio de un alboroto político en la capital española.
Su posición como una figura desafiante de la legitimidad de Maduro coloca a España en un complicado acto de equilibrio.
España fue uno de los casi 60 países que el año pasado reconoció a Guaidó como presidente interino de Venezuela, pero la nueva coalición de izquierda del país no le ha otorgado al político una audiencia con el presidente Pedro Sánchez. En cambio, la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, sostuvo una breve reunión con el político de 36 años.
Eso le ha valido a Sánchez fuertes críticas por parte de la oposición política, que incluye tres partidos que abarcan ideologías que van de la centroderecha a la extrema derecha. El líder socialista ha gobernado desde principios de este mes en asociación con el partido antiausteridad Unidas Podemos, cuyos integrantes han mostrado un fuerte apoyo al gobierno de Maduro.
Sin embargo, las críticas se convirtieron en una ofensiva a gran escala contra Sánchez, liderada por la propia oposición, después de que los medios revelaron esta semana detalles de un encuentro secreto en el aeropuerto de Madrid entre un miembro de su gabinete y la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, a quien se le había prohibido ingresar al territorio de la Unión Europea.
José Luis Ábalos, el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y una figura clave en el partido socialista de Sánchez, primero negó el episodio, luego argumentó que había estado en el aeropuerto el domingo pasado a la medianoche en una visita privada para dar la bienvenida al ministro de Turismo y Comercio Exterior de Venezuela, Félix Plasencia, un amigo suyo que estaba en Madrid debido a una feria de turismo.
Finalmente, el viernes, el gobierno cambió nuevamente el relato inicial para explicar que Ábalos se había visto obligado a saludar a Rodríguez y que él la había convencido de que no intentara ingresar a España porque el hacerlo sería una violación a las sanciones de la UE.
Aunque fuentes de la policía española le dijeron a The Associated Press que Rodríguez nunca salió del aeropuerto y que técnicamente no ingresó al país, el gobierno español ha tratado de reducir los daños a su imagen provocados por el manejo del episodio.
Después de días de silencio, Sánchez abordó la controversia por primera vez el sábado, diciendo que no tenía intención de despedir a Ábalos como lo ha exigido la oposición conservadora.
"Tiene todo mi respaldo y mi apoyo político", aseveró Sánchez. "Ha sido bien claro. Todo lo que hizo fue poner todo lo de su parte para evitar una crisis diplomática y lo ha logrado".
Como poderosa aliada de Maduro, Rodríguez está en una lista de sanciones de la UE y tiene prohibido ingresar al territorio de cualquiera de los miembros del bloque desde mediados de 2018. Luego que los primeros informes del encuentro en el aeropuerto aparecieron en los medios el jueves por la noche, ni el vicepresidente venezolano ni el gobierno de Maduro han comentado públicamente sobre el viaje.
En el Ayuntamiento de Madrid, Guaidó recibió la Llave de Oro de la ciudad de manos del alcalde conservador José Luis Martínez Almeida.
“Todavía hay quienes pretenden apelar a la moderación y al diálogo para mantenernos en una equidistancia, tal vez propiciada por sus propios intereses. Esa equidistancia no la va a encontrar aquí, señor presidente”, declaró el alcalde conservador en una clara referencia a la coalición de izquierda de Sánchez.
Guaidó agradeció el cálido recibimiento y dijo que lo recibía como un “reconocimiento e impulso a una lucha de millones de venezolanos”.
Se esperaba que el político venezolano encabezara una marcha de la oposición venezolana por el centro de la capital española para exigir el fin del gobierno de Maduro y unas elecciones presidenciales democráticas en Venezuela.
El sábado por la mañana, decenas de personas se reunieron a las puertas del ministerio de Asuntos Exteriores de España en protesta por la visita de Guaidó, al que tildaron de "payaso" y "títere del imperio", en referencia a Estados Unidos.
"No a la injerencia imperialista en Venezuela y en América Latina" se leía en una enorme pancarta en que también incluía la frase “¡¡Con el pueblo venezolano y con Nicolás Maduro!!”.