Juicio político a Trump: Más de lo mismo termina cansando
WASHINGTON (AP) — El reto se está volviendo cada vez más claro para los representantes demócratas que presentan la causa contra el presidente Donald Trump en el juicio político en el Senado.
No importa lo abrumadora que sea la evidencia, se vuelve menos persuasiva cuando es presentada una y otra vez, día tras día, tratando de convencer no solamente a los senadores, sino también a un público estadounidense profundamente dividido sobre el presidente republicano en un año de elecciones.
El equipo encabezado por el representante Adam Schiff, jefe de la Comisión de Inteligencia de la cámara baja, preparó un fascinante recuento de las presiones políticas de Trump sobre Ucrania y los intentos de encubrir el “esquema corrupto” que está en el centro de los cargos. Pero los límites son obvios. Los fiscales deben apoyarse en los mismos testimonios en video _ embajadores, funcionarios de seguridad nacional e incluso el presidente _ luego que los aliados republicanos de Trump en el Senado bloquearon la presentación de testigos.
Los demócratas se mostraron inicialmente renuentes a iniciar el proceso de impugnación del presidente en un año de elecciones, pero marchan ahora hacia una decisión en el Senado que el público va a juzgar también.
“Estamos enjuiciando esta causa ante dos jurados _ el Senado y el pueblo estadounidense”, reconoció Schiff el miércoles antes de los alegatos iniciales. “El pueblo está mirando. El pueblo está escuchando. Y tiene la mente abierta”.
Trump criticó el proceso en un tuit el jueves por la mañana, diciendo que era “¡La audiencia más corrupta e injusta en la historia del Congreso!”.
Los representantes demócratas censuraron a Trump el mes pasado, argumentando que abusó de su poder al pedirle a Ucrania que investigase a su rival político Joe Biden mientras retenía ayuda militar crucial. Lo acusaron además de obstruir el Congreso al negarse a entregar documentos o permitir que funcionarios declarasen en la pesquisa en la cámara baja. Los republicanos han dicho que las acciones de Trump fueron apropiadas y que el proceso es un esfuerzo políticamente motivado para debilitar al presidente en medio de su campaña de reelección.
De campaña en Iowa, Biden respaldó las gestiones para sacar a Trump de la Casa Blanca.
“La gente se pregunta: ‘¿No va a ser el presidente más fuerte y difícil de vencer si sobrevive esto?’ Probablemente sí. Pero el Congreso no tiene otra opción”, dijo. Los senadores deben depositar sus votos “y vivir con eso en la historia”.
En su presentación inicial, Schiff exhortó a los senadores a no ser “cínicos” y a considerar la intención de los Padres de la Patria al crear la herramienta del juicio político, con una posible destitución del presidente. Afirmó que había que “proteger la democracia”.
La mayoría de los senadores permanecieron en sus bancas, como estipulan las reglas, estirando las piernas o parándose detrás de sus asientos. A veces bostezaron a lo largo de nueve horas de argumentos en la jornada inaugural. Pero se vieron algunos asientos vacíos. La senadora demócrata Dianne Feinstein estaba resfriada y se tuvo que ir. Algunos senadores salieron un momento del recinto para aparecer en televisión.
El demócrata Tim Scott declaró a la prensa que estaba “escuchando lo mismo que dijeron ayer... absolutamente nada nuevo”.
Otro senador republicano, John Kennedy, no obstante, dijo que había muchas cosas nuevas. “Nueve de cada diez senadores te van a decir que no han leído las transcripciones de las audiencias de la Cámara de Representantes”, que fue la que decidió entablarle un juicio político al mandatario. “Y el décimo que dice que sí las leyó, miente”.
Varios legisladores republicanos dijeron que no habían visto información nueva que sustente las acusaciones contra Trump, a pesar de que 24 horas antes se habían negado a citar a nuevos testigos y a aceptar nuevos documentos. Los demócratas, por su parte, dicen que la evidencia reunida hasta ahora es abrumadora, pero que es su deber seguir escarbando.
El electorado continúa dividido, pero una consulta de la Associated Press-NORC Center for Public Affairs Research indicó que siete de cada diez personas opinan que los allegados a Trump deberían presentarse a declarar.
Ese tema, sin embargo, está supuestamente resuelto. Los republicanos ya han dicho que no aceptarán más testigos, incluidos el exasesor de seguridad nacional John Bolton, el secretario de estado Mike Pompeo y el jefe del despacho presidencial interino Mick Mulvaney.
Es previsible que los republicanos vuelvan a descartar esa posibilidad la semana que viene.
Algunos republicanos se mofaron del proceso. La senadora Joni Ernst dijo en tono sarcástico que le encantaría escuchar la evidencia “abrumadora” de que hablan los demócratas y se preguntó para qué hacen falta más testigos si ya se cuenta con pruebas incontrastables.
Los republicanos desean un juicio rápido, pero el equipo legal de Trump dejó pasar el miércoles la oportunidad de pedir que se desestime el caso, en una admisión tácita de que no tenían los votos necesarios para que se aprobase esa moción.
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Los periodistas de la Associated Press Mary Clare Jalonick, Alan Fram, Andrew Taylor, Laurie Kellman, Matthew Daly y Padmananda Rama en Washington y Bill Barrow en Osage, Iowa, contribuyeron con este despacho.