Líbano liberará a manifestantes tras una noche de protestas
BEIRUT (AP) — La fiscalía libanesa ordenó el domingo la liberación de más de 30 personas detenidas la noche anterior, según la agencia National State News, tras la peor jornada de violencia desde el inicio de las protestas hace tres meses.
La fiscalía indicó que los 34 detenidos debían ser puestos en libertad, salvo por los que tuvieran otros casos pendientes.
El país está sumido en una creciente crisis financiera y una parálisis política en torno a la formación de un nuevo gobierno. El gabinete liderado por el primer ministro Saad Hariri renunció a finales de octubre.
Los manifestantes convocaron nuevas marchas para el domingo.
La policía antimotines lanzó rondas de gas lacrimógeno y balas de goma en Beirut para dispersar a miles de personas que protestaban ante el parlamento y en el centro de la ciudad. Los manifestantes, llegados de Beirut y del norte y este del país, arrojaron bengalas, barras de metal, piedras y ramas a las fuerzas de seguridad.
Las enconadas batallas callejeras duraron casi nueve horas y ofrecieron algunas de las peores escenas de disturbios desde el inicio de las protestas a mediados de octubre.
Al menos 377 personas resultaron heridas en los enfrentamientos, según Cruz Roja. Más de 120 fueron atendidos en hospitales, incluido un manifestante que sufrió una lesión en el ojo, así como miembros de las fuerzas de seguridad. También hubo choques en el patio y las escaleras de acceso a una mezquita en el centro de la ciudad. La máxima autoridad suní describió el suceso como “inapropiado” y dijo que varios manifestantes se habían refugiado en el templo y estaban siendo atendidos.
Armados con barras de hierro, algunos manifestantes rompieron ventanas y la fachada de la sede de la Asociación de Banca del país. Las fuerzas de seguridad prendieron fuego a algunas carpas que habían levantado los inconformes en la zona.
La ministra del Interior, Raya el Hassan, dijo el sábado que se había ordenado a las fuerzas de seguridad que protegieran las protestas pacíficas.
“Pero que las protestas se conviertan en un ataque descarado a las fuerzas de seguridad y la propiedad privada, esto es condenable y totalmente inaceptable”, tuiteó.
Sin embargo, Huma Rights Watch describió la respuesta policial como “brutal” y pidió que se ponga fin con urgencia a la “cultura de impunidad” de los abusos policiales.
“No hay justificación por el brutal uso de la fuerza empleada por la policía antimotines libanesa contra manifestantes en su mayoría pacíficos en el centro de Beirut”, dijo Michael Page, subdirector de Oriente Medio en HRW. “La policía antimotines ignoró de forma descarada sus obligaciones de derechos humanos, lanzando en su lugar latas de gas lacrimógeno a las cabezas de los manifestantes, lanzándoles balas de goma a los ojos y atacando a gente en hospitales y una mezquita”.
Los activistas han protestado contra la élite política del país, que gobierna Líbano desde que terminó la guerra civil (1075-1990). Los manifestantes culpan a los políticos de la corrupción rampante y la mala gestión, en un país que ha acumulado una de las peores tasas de deuda del mundo.
El pánico y la indignación han hecho mella en la población mientras la moneda local, que durante más de dos décadas tuvo un cambio fijo, se hundía.
Entre tanto, los bancos han impuesto controles informales al capital, limitando la retirada de dólares y las transferencias al extranjero.
Se esperaba que el hombre designado como nuevo primer ministro, Hassan Diab, anunciara el viernes su gabinete de 18 miembros, pero disputas de última hora entre facciones políticas obligaron a cancelar el anuncio.