Trump y el Sapo Pepe en las manifestaciones de Hong Kong
HONG KONG (AP) — Carteles con el nombre de Donald Trump, grafitis del Sapo Pepe y banderas de Estados Unidos y Gran Bretaña son moneda corriente en las protestas antigubernamentales de Hong Kong, ante el malestar de los militantes de izquierda que lanzaron el movimiento.
Beijing aprovechó esas imágenes para presentar al movimiento como algo impulsado por una clase media acomodada, amante de Occidente, alentada por organizaciones y gobiernos extranjeros para que se rebele contra el país comunista más grande del mundo, China.
“¿Por qué aparece la bandera de Estados Unidos en todas las escenas violentas en Hong Kong?”, preguntó el presentador de CCTV.
Muchos de los manifestantes más fervorosos son obreros de la construcción y peluqueros humildes que le hacen frente a un establishment dominado por intereses empresariales y magnates del mundo de los bienes raíces. Algunos portan banderas de Estados Unidos y de otras naciones para captar la atención del mundo.
Pero un pequeño grupo partidario del dirigente de extrema derecha Horace Chin participa de las manifestaciones y atrae la atención de las cámaras de televisión con grandes carteles que dicen “presidente Trump, por favor libere a Hong Kong”.
Para los sectores más liberales, Chin es un paria que trata de aprovecharse de las manifestaciones.
“Es decepcionante ver que hay gente que trata de provocar fisuras entre el pueblo de Hong Kong y el pueblo chino”, expresó Wilfred Chan, miembro fundador de Lausan, un colectivo de izquierda que procura generar solidaridad internacional con las protestas. “Es un error”.
Pero no hay mucho que puedan hacer al respecto. Los manifestantes se juraron evitar las divisiones internas en el movimiento a favor de la democracia en el 2014. Se abstienen de criticarse entre ellos y se enfocan en las cosas que los unen: su oposición al gobierno comunista de Beijing y a los gobernantes de Hong Kong.
Las manifestaciones “no son los movimientos tradicionales de derecha o izquierda”, dijo Avery Ng, presidente de la Liga de Social-Demócratas, un partido izquierdista. “Este es un movimiento amplio contra un gobierno totalitario”.
Pero han surgido diferencias en torno a la ideología de los manifestantes: Qué es lo que quieren y lo que rechazan y cómo salvar una ciudad sumida en una creciente confrontación entre Estados Unidos y China.
Cuando cuatro militantes ucranianos de ultraderecha huyeron a Hong Kong y se fotografiaron con manifestantes, los medios estatales chinos dijeron que esas escenas revelaban lo que realmente sentían los manifestantes.
“Neonazis ucranianos fotografiados con revoltosos de Hong Kong”, decía un titular del Global Times, un diario estatal nacionalista.
Los izquierdistas se vieron atrapados entre dos fuegos. Las imágenes con elementos de derecha son engañosas, afirman, temerosos de que la versión que propaga Beijing pueda debilitar el movimiento.
Las movilizaciones empezaron en junio para oponerse a un proyecto de ley que hubiera permitido la extradición a de presuntos delincuentes a China y se convirtió en una bola de nieve que defiende el status semiautónomo de Hong Kong.
Chan, el militante de Lausan, recorre el mundo en busca de apoyo para las organizaciones de base. Dice que su lucha es parecida a la de los manifestantes de Chile, Cachemira, Bolivia y Puerto Rico, cuyas batallas tienen un denomindor común: gobiernos que le mienten al pueblo.
“No hay que pensar exclusivamente en calmar elites distantes”, manifestó. “En lo que respecta a la autonomía de Hong Kong, creo que ni China ni Estados Unidos quieren que Hong Kong sea realmente libre”.
Las manifestaciones de apoyo a Trump más ampulosas vienen de Chin, el dirigente de extrema derecha.
“Querido presidente Trump, el comunismo es como el sida”, dijo en un tuit de diciembre. “¿Dónde está su terapia de choque para la China comunista?”.
Cedric, un exobrero de la construcción de 30 años que está siempre en la vanguardia de las protestas, se muestra indiferente hacia Trump, a quien describe como “un empresario más”.
Cedric, quien al igual que la mayoría de los manifestantes no dio su apellido por temor a ser detenido, se describe a sí mismo como un simple ciudadano de Hong Kong, que tiene al Sapo Pepe como un símbolo de la protesta, sin saber que es un personaje asociado con sectores de extrema derecha en Estados Unidos.
Algunos de sus amigos fueron detenidos y él está clandestino, reponiéndose de una lesión en un hombro sufrida durante enfrentamientos con la policía. Cedric espera que el movimiento genere más apoyo internacional, incluso de chinos de la parte continental.
“No rechazaremos el apoyo de nadie, sin importar el país o la raza, porque sabemos esa gente valora la libertad y la democracia”, expresó.
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La colaboradora de la Associated Press Phoebe Lai contribuyó a este despacho.