La ONU pide el fin de la interferencia extranjera en Libia
NACIONES UNIDAS (AP) — El enviado de Naciones Unidas para Libia exigió el lunes que se pusiera fin a toda intromisión extranjera en el país devastado por la guerra, afirmando que es imposible encontrar una solución militar y que los gobiernos y mercenarios que ayudan a las fuerzas rivales complican una solución política.
En declaraciones a la prensa tras una sesión a puerta cerrada para informar al Consejo de Seguridad de la ONU, Ghassan Salame dijo que su mensaje para todos los que respaldaban a alguno de los gobiernos rivales en el país es “Salgan de Libia”.
Pese al embargo de armas que pesa sobre Libia, señaló, se están vendiendo y entregando armas a libios y “probablemente miles” de mercenarios han llegado al país recientemente, planteando un “sombrío” panorama para millones de personas.
El veterano dictador Moamar Gadafi fue derrocado y más tarde asesinado durante una guerra civil en Libia en 2011. El país se ha dividido en el caos posterior, con un débil gobierno respaldado por la ONU en la capital, Trípoli, que controla el oeste del país, y un gobierno rival en el este alineado con el autodenominado Ejército Nacional Libio, que lidera el general Khalifa Hifter. Cada bando tiene el apoyo de diversas milicias.
Hifter emprendió el 4 de abril una inesperada ofensiva militar que pretende capturar Trípoli, pese a haberse comprometido a asistir a una conferencia nacional que pretendía formar un gobierno de unidad y avanzar hacia unas elecciones. El general declaró el mes pasado el inicio de la batalla “final” para hacerse con la capital, y el lunes su Ejército Nacional Libio dijo haber tomado la localidad natal de Gadafi, Sirte, aunque Salame dijo que solo había tomado “algunas zonas”.
El enviado de Naciones Unidas también mencionó un ataque de dron el sábado contra una instalación militar en Trípoli que mató a decenas de cadetes militares desarmados, que atribuyó a un país que respalda a Hifter.
El gobierno oriental de Libia tiene el apoyo de Emiratos Árabes Unidos y Egipto, además de Francia y Rusia. El gobierno en Trípoli recibe ayuda de Turquía, Qatar e Italia.
Salame señaló que en Libia ya hay armas y mercenarios más de suficientes y que todos los países que respaldan a los diferentes bandos deben “salir de la pesadilla libia”. Eso incluye a Turquía, cuyo parlamento autorizó el pasado jueves desplegar tropas para ayudar al asediado gobierno en Trípoli.
Aunque algunas personas ven posible una solución militar, afirmó, ningún bando parece capaz de tomar y controlar el país norteafricano, rico en petróleo y que es tres veces más grande que Francia.
“Cuando más esperanza demos a uno u otro bando, la solución política se vuelve cada vez más extremadamente difícil”, dijo Salame. “De modo que mejor evitar escalar e internacionalizar este conflicto”.
Salame expresó su indignación por el hecho de que el Consejo de Seguridad hubiera hablado 15 veces sobre Libia desde que Hifter emprendió su ofensiva el 4 de abril, sin aprobar una resolución reclamando un cese el fuego.
El Consejo emitió un breve comunicado el lunes expresando su preocupación por las “escaladas de los últimos días” y pidiendo que se respetara el embargo de armas y se detuviera la “interferencia extranjera”. El Consejo reiteró su apoyo a los esfuerzos de la ONU para buscar una solución política al conflicto.
“Estoy muy enfadado de ver que todo el mundo quiere hablar sobre Libia y muy pocos quieren hablar sobre los libios”, dijo Salame. “La gente está sufriendo y por ningún otro motivo de que no hay un mensaje internacional clave de que ya basta”.
El enviado señaló que se está matando a civiles, docenas de escuelas y centros sanitarios han sido atacados, más de 300.000 personas han huido de sus hogares “y los libios preguntan, ‘¿dónde está esa comunidad internacional que en 2011 dijo que protegería a los civiles?’”.