Un millar de policías impiden protesta en Chile
SANTIAGO, Chile. (AP) — “¿¡Que culpa tiene el caballo!? ¿¡Qué culpa tiene!?”, gritaba a voz en cuello el viernes Michelle Durán, de 34 años, a decenas de policías que dispersaban a manifestantes que, como ella, expresaban su inconformidad a pesar de las leves mejoras sociales que entregó el gobierno para frenar una ola de protestas que no para desde hace dos meses.
La joven, periodista cesante, intentó acercarse a una estatua de una céntrica plaza de la capital chilena, pero no pudo debido a la fuerte represión policial y porque, por primera vez en dos meses, estaba rodeado por vallas de contención.
“Vengo aquí desde que se iniciaron las protestas... en octubre, y no se ha logrado casi nada. Lo único que se ha visto en este tiempo es pura represión y (ahora) nos limitan el poder alzar la voz”, dijo a The Associated Press.
La Plaza Italia, rebautizada Plaza de la Dignidad, es desde hace dos meses el lugar de encuentro de quienes protestan en la capital chilena para exigir cambios profundos en un país con un ingreso per cápita de 25.000 dólares y sueldos promedio de 400.000 a 5000 pesos (530 y 660 dólares respectivamente).
Michelle dijo que “no ayuda mucho” el aumento de 16% del ingreso mínimo de 400 dólares y el alza de un 50% de las pensiones de los adultos mayores de 80 años, que hasta noviembre recibían 110.000 pesos mensuales (unos 146 dólares). Otras mejoras aún son debatidas en el Congreso.
Mientras conversaba se quejó varias veces de que la policía use caballos en la represión de los manifestantes y debió cambiar de lugar repetidamente ante la arremetida de los agentes, que tenían órdenes de frenar las protestas que, aunque en menor magnitud, se realizan casi a diario y, en especial, los viernes.
El Intendente (gobernador) de Santiago, Felipe Guevara, que había anticipado “tolerancia cero” a las manifestaciones sin autorización previa, dispuso la salida de los elementos.
A pesar de ello, Michelle está decidida a seguir protestando “hasta que se mejoren las jubilaciones” y porque la lista de espera para una operación en los hospitales públicos es de seis meses a un año y “puedes perder los dientes sin un tratamiento dental”.
“No tengo miedo de venir. Mientras más represión, más me gusta enfrentar la situación. Tengo que estar aquí para saber lo que está pasando”, agregó.
La joven señaló que una conquista que hasta el momento ha logrado la presión desde la calle es la realización de un plebiscito el próximo 26 de abril. En éste los chilenos votarán si quieren una nueva Constitución para reemplazar a la legada por el dictador Augusto Pinochet (1973-1990).
“Ganamos ese derecho con la fuerza de las protestas”, enfatizó.
El presidente centroderechista Sebastián Piñera se oponía a cambiar la Constitución y sólo admitía algunas reformas, al igual que los partidos políticos de la coalición oficialista, pero la magnitud de las protestas en las primeras semanas lo obligó a cambiar de idea. Sólo el 25 de octubre se reunieron más de 1.2 millones de personas en Plaza Italia y sus alrededores.
El próximo año será muy activo desde el punto de vista de elecciones: el 26 de abril se votará en el plebiscito y, si gana la opción de un nueva Constitución, en octubre se votará por quienes integrarán la convención constituyente y por gobernadores.
Expertos y coincidentes encuestas pronostican una gran participación del electorado. En las presidenciales de 2017 sólo votó el 46% de los habilitados.