México no investigara a aliados de exsecretario de Seguridad
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró el lunes que México no investigará a quienes colaboraron con el exsecretario de Seguridad Genaro García Luna, detenido la semana pasada en Estados Unidos y acusado de colaborar con el Cártel de Sinaloa, pero los animó a colaborar con la justicia del país vecino.
“No vamos aquí a iniciar procesos”, dijo durante su conferencia de prensa matutina. “Lo que vamos a hacer es cooperar, toda la información que nos soliciten (los estadounidenses) se va a entregar, pero no iniciar nosotros investigaciones para que no se malinterprete”.
López Obrador explicó que no quiere que una investigación sea entendida como una forma de represalia contra funcionarios de gobiernos anteriores y por eso pidió calma a todos los que trabajaron con el exsecretario y abogó por el perdón.
“Que se serenen, que se tranquilicen, el que nada debe nada teme, y que cooperen”, declaró. “Todos nos equivocamos, somos seres humanos y se trata de asuntos judiciales en Estados Unidos, hasta reducen penas si se cuentan las cosas”.
No obstante, indicó que ninguno de esos funcionarios tendrá cabida en su gobierno.
García Luna fue detenido el 10 de diciembre en Dallas acusado por una corte federal de Brooklyn de tres cargos de asociación ilícita para el tráfico de cocaína y de falso testimonio y tiene prevista su próxima audiencia para este martes.
Los fiscales estadounidenses consideran que recibió pagos de decenas de millones de dólares de miembros del Cártel de Sinaloa a cambio de permitirles mandar toneladas de cocaína y otras drogas a Estados Unidos.
García Luna es considerado por muchos como uno de los funcionarios de seguridad de más poder durante los gobiernos de Vicente Fox (2000-2006) y, sobre todo, durante la guerra contra el crimen organizado liderada por Felipe Calderón (2006-2012), años en los que trabajó en estrecha coordinación con las autoridades estadounidenses.
No obstante, las denuncias en su contra por corrupción y abusos de poder fueron una constante en México, aunque no se tenía conocimiento de ninguna investigación en el país hasta que el mismo día de la captura la fiscalía federal mexica habló de una y mostró su disposición a solicitar una eventual extradición.
García Luna llevaba viviendo en Estados Unidos desde 2012 y, según los fiscales de ese país, había acumulado una fortuna personal de millones de dólares que era incongruente con el salario de un servidor público en México.