Sube revisión de antecedentes para compra de armas en EEUU
Las revisiones de antecedentes delictivos para quienes compran armas de fuego en Estados Unidos se encaminan a cifras históricas, algo que la industria dice se debe a que algunas personas están apresurándose a comprar armas en reacción a las exhortaciones de los precandidatos demócratas a la presidencia para que su adquisición esté sujeta a restricciones más estrictas.
Para finales de noviembre, el FBI había realizado más de 25,4 millones de revisiones de antecedentes delictivos _que suelen considerarse un sólido indicador de la venta de armas de fuego _, lo que coloca al 2019 en rumbo a romper el récord de 27,5 millones establecido en 2016, el último año completo del presidente Barack Obama en la Casa Blanca.
Tan sólo el Viernes Negro, el FBI realizó 202.465 revisiones.
Algunos analistas cuestionan con cuánta precisión las revisiones de antecedentes reflejan las ventas de armas, ya que algunos estados también piden revisiones para los permisos de portación oculta y algunas compras son para varias armas de fuego. Sin embargo, las cifras siguen siendo el método más confiable para monitorear la industria.
En los años que han pasado desde que el presidente Donald Trump asumió el puesto, la industria ha pasado apuros debido a lo que se ha dado en llamar el “Declive Trump”, un desplome en las ventas que refleja poca preocupación entre los propietarios de armas por los intentos para incrementar el control de éstas.
Sin embargo, cuando falta menos de un año para las elecciones presidenciales del 2020 y con casi todos los precandidatos demócratas con propuestas para restringir el acceso a las armas, parece que los temores están impulsando las ventas de nuevo.
“El Declive Trump es real, pero la política de las armas ha cambiado un poco en el último año”, dijo Adam Winkler, profesor en la Escuela de Leyes de la Universidad de California, campus Los Ángeles, y experto en leyes y derechos de posesión de armas. “Al acercarnos a otra elección presidencial, Donald Trump está vulnerable, y los contendientes demócratas a la presidencia se atropellan entre ellos para proponer reformas más estrictas contra las armas que sus opositores”.
La industria atraviesa uno de sus periodos más complicados, e incluso algunos fabricantes de armas, como Remington Arms, se declararon en bancarrota. De forma más reciente, la empresa que controla Smith & Wesson, American Outdoor Brands, anunció que independizaría su unidad de armas de fuego, y Colt informó que suspendería la producción de sus fusiles AR-15.