El plagio y las fórmulas en la industria de la música
Hace ya tiempo, Radiohead demandó a Lana del Rey por plagio. Más allá de si se declaró o no culpable a la cantante, hay algo que sacar en limpio: ¿se puede demostrar el plagio en el mundo de la música?
Pero primero, un caso cercano
En estricto rigor, sí se puede demostrar cuando hay plagio. El problema es que no todos saben lo que es el plagio, y se tiende a creer que por el simple hecho de usar material de otros ya es plagio. Varios años antes de la polémica de Radiohead y Lana del Rey, el aclamado y famoso grupo argentino Los Wachiturros fue acusado de plagio informalmente por más de uno de mis conocidos que en ese tiempo estaban a la moda y los escuchaban. Escuché en la radio el tema que les valió el comentario de que habían plagiado a reggaetoneros, y era básicamente un mix de reggaetón que había triunfado previamente, pero cambiando detalles de la letra para que encajaran con la temática de ser Wachiturro. Musicalmente, eso no me resultó para nada nuevo; en la cumbia es una tradición prácticamente. Lo que sí me sorprendió era que la gente se lo tomara tan mal. Estaban usando material de otros, pero era notorio que era más una referencia que un robo. No tenía sentido robarse algo que ya todos sabíamos que no les pertenecía, ellos simplemente usaban los temas. Algo parecido a cuando Maluma grabó 4babys, escrita por Juhn el All Star, y que musicalmente es mucho más interesante (y es más trap, dicho sea de paso), pero que, según parece, algún productor de Sony le asignó a Maluma sin previa conversación.
Las infinitas posibilidades
¿Pero cómo puede haber plagio, si la música tiene infinitas posibilidades? ¿Es que no pueden encontrar otras progresiones de acordes, o algo por el estilo los lleva a resignarse a tomar las que otros han usado? Pues...
Tras unos cuantos años de estudiar música, uno aprende que la música tiene posibilidades virtualmente infinitas. En teoría, no lo son, porque tanto el sistema tonal como el concepto de música tienen sus límites: los elementos del sistema tonal y el lenguaje musical están limitados por la división en doce semitonos aproximadamente iguales, la cantidad finita de indicadores de dinámicas (volumen), velocidad y otros. Básicamente, toda música tiene un inicio y un fin, pero además, tiene que ser perceptible como una unidad, tiene que tener coherencia entre alturas, volúmenes, estar a una velocidad en que el cerebro pueda decodificar lo que está sonando, y varias otras características que limitan la música. Si bien algunos pueden considerarlo música, una canción tan lenta que dure años (como una composición de John Cage que creo que aún se está tocando), difícilmente uno pueda decir que lo sea bajo el concepto más acotado. Tenemos básicamente que la música se compone de subconjuntos discretos, finitos y definidos, lo que implica que se pueden acabar las combinaciones, pero el número de combinaciones es increíblemente alto, llegando fácilmente a ser cifras astronómicas o híper astronómicas.
Simplificando cifras
No obstante a la inmensa cantidad de posibilidades sonoras, en la música de a poco se va acotando y reduciendo el rango de acción. Una de las limitantes es el concepto de acorde. En la música tonal occidental, se construyen los acordes de forma lógica, donde cada acorde conduce a otro. Cada uno tiene una función, y por lo tanto, hay relaciones que, desde la música tonal, no tienen mucho sentido. Así es como se acota el espectro y se hace manejable para hacer música.
De la cantidad de posibilidades, se descartan diversas sonoridades y se desechan los acordes que no guarden relación. Se configuran los acordes para funcionar en torno a un tono, y se descartan los que no tengan alguna relación con el mismo. Así es como van surgiendo diversos conceptos y patrones en los giros armónicos. Buen ejemplo de esto serían las cadencias (independiente de cuál sea el nombre de la misma).
La industria y la simplificación de la simplificación
Y con el paso de los años y el avance de las diversas técnicas, llegamos a la industria musical, donde se privilegian secuencias de acordes generalmente coherentes, pero sin seguir la lógica de tensión-reposo a través de la resulción dominante-tónica. En nuestros tiempos, la industria de la música, a través de todos las generaciones que triunfaron, se fue haciendo de varios recursos que se usarían una y otra vez, por su demostrada efectividad. Básicamente, se ha refinado una fórmula: la de las canciones pop.
Como dijo Alvinsch, que habló del tema de Lana del Rey en su momento, la industria de la música es la más conservadora en cuanto a armonía respecta. Existe una serie de fórmulas para los distintos estilos de los hits que suenan en las radios, y que los productores usan de manera indiscriminada e inescrupulosa, porque reporta ganancias (¿ahora se entiende por qué se habla de estancamiento?).
Volviendo a Radiohead y Lana del Rey
En una industria con nula innovación, existe la falsa ilusión de que Radiohead y Lana del Rey pueden considerarse, de una u otra forma, indies, y que por eso sus productos musicales necesariamente serán originales. El error ahí está en el concepto indie. Dicha etiqueta ya tiene una fuerte carga, y probablemente muchos piensen en una eléctrica con distorsión y eventualmente, canal limpio, además de ropa negra, leñadoras a cuadros, expresiones faciales que sugieren consumo de estupefacientes, y el uso de un modelo estético que el estadounidense puede identificar como "lo alternativo", pero que al final también son productos con su receta, etiqueta y precio. Musicalmente, no es como que haya alguna cadencia en específico aún, pero los recursos y giros armónicos, de seguir así, están cerca de la estandarización, siendo los intercambios modales un recurso que han explotado con especial fervor.
Entonces, nos encontramos con que tanto Radiohead como Lana del Rey tienen estéticas con altas probabilidades de chocar entre sí. Además, para plagiar en la música es necesario tener consciencia de lo que se está plagiando y establecer uno autoría sobre lo que está utilizando. ¿Puede entonces Radiohead decir que inventó la secuencia de acordes Creep? Yo creo que no, porque me suena más que génerico, y declarar que ellos son dueños de la secuencia de acordes es demasiado soberbio, objetivamente falso, y derechamente tonto. Mendeleev no inventó los elementos de la tabla periódica, simplemente los ordenó, y eso es lo que le reconocemos. Radiohead usó una secuencia no muy compleja, pero no inventó esa secuencia. De hecho, cuando uno plantea una canción desde sus acordes en música popular, las secuencias no se inventan. Se usan, se adaptan y se modifican, pero no se inventan.
Desconozco si hubo o no dolo por parte de Lana del Rey, pero si analizamos solo desde la música, es imposible afirmarlo, aunque posean parecidos evidentes. Además, me parece totalmente creíble que se haya compuesto la canción sin siquiera conocer creep. Yo tampoco la había escuchado nunca en mi vida, supongo que porque no puedo escuchar Radiohead sin dormirme después del primer tema del disco.
Un ejemplo aún más cercano
El año 2016 me puse a componer una pieza para guitarra clásica. Me alejé mucho del centro tonal, y terminé estableciéndolo de manera modal, armando una progresión de acordes a través de sustituir por reemplazos modales las tensiones tradicionales y más obvias. Eso le dio un sonido mucho más jazzístico, y, aconsejado por mi padre, tomé la pieza y la pasé a jazz, creando mi tema Norte Nocturno, que tocamos unas cuantas veces por ahí.
Obviamente, no he sido el único en usar la modalidad, y lo comprobé. Aquí una lista de cuáles son los temas con los que Norte Nocturno comparte elementos en su primera parte (progresión modal) y que solo me di cuenta después de componer el tema:
Stompin' (Jim lang) Windmill hut (Kōji Kondō) Milestones (Miles Davis) Norther Lights (Brian Derek)
Como se puede apreciar, la única que no es derechamente jazz sería Windmill Hut, y aún así, su armonía suena bastante jazzística. Y ya que estamos hablando de jazz, espero pronto poder escribir sobre el jazzista más antiguos, cuyos recursos a día de hoy suenan bastante modernos: Johann Sebastian Bach.