Líder de Hong Kong no cede terreno pese al revés electoral
HONG KONG (AP) — La asediada jefa de gobierno de Hong Kong, Carrie Lam, se negó el martes a hacer concesiones a los manifestantes contrarios al gobierno pese al demoledor resultado de las elecciones locales, y dijo que en lugar de eso acelerará el diálogo e identificará formas de resolver agravios sociales.
Lam dijo que el gobierno central en Beijing no la culpa por el resultado de los comicios, en los que el bando prodemocracia obtuvo una victoria rotunda con el 90% de los puestos de concejal y el control de 17 de los 18 consejos de distrito.
Casi tres millones de votantes votaron en una participación récord en los comicios, interpretados como un indicador del apoyo público a las protestas prodemocracia iniciadas hace más de cinco meses. El rechazo del gobierno a alcanzar un compromiso pese al triunfo de la oposición podría provocar más inestabilidad, mientras el territorio semiautónomo chino entra en recesión por primera vez en una década.
Lam dijo que las elecciones locales podrían reflejar el descontento con la gestión de las protestas, pero que también reflejaba que mucha gente quiere que termine la violencia.
“Déjenme señalar que tras estos cinco, seis meses, el pueblo de Hong Kong ha visto con mucha claridad que Hong Kong ya no puede tolerar esta situación caótica”, dijo en su conferencia de prensa semanal. “Por favor, ayúdennos a mantener la calma y la paz relativas que hemos visto en la última semana o así, y formen una buena base para que Hong Kong siga avanzando”.
También el martes, una universidad envió seis equipos a su campus cerrado para buscar a cualquiera que pudiera seguir escondido en el lugar, más de una semana después de que los manifestantes utilizaran el recinto como base para enfrentarse a la policía en el exterior.
Los equipos encontraron a una joven que se encontraba débil y creían que probablemente no quedaban más manifestantes ocultos en el campus.
La joven, que es mayor de 18 años y no estudiaba en el centro, recibió asistencia médica y varios asesores intentaban convencerla de que se entregara, indicó el vicepresidente de la Universidad Politécnica, Alexander Wai.
Estaba previsto reabrir al tráfico rodado un importante túnel cerca de la Politécnica, según dijo un alto cargo del gobierno local. El túnel llevaba cerrado dos semanas, después de que los manifestantes lo bloquearan y prendieran fuego a las cabinas de peaje.
A principios de septiembre, cuando Lam retiró una ley de extradición que desencadenó las protestas, la directora general del territorio dijo que también había dado una detallada respuesta a las otras demandas de los manifestantes, como elecciones libres al jefe de gobierno y la legislatura de Hong Kong, así como a las peticiones de una pesquisa independiente sobre la supuesta brutalidad policial.
También indicó que el gobierno esperaba aprovechar el actual receso en los incidentes violentos para acelerar un diálogo público y formar un comité independiente para buscar soluciones a problemas arraigados de la sociedad hongkonesa.
Algunas voces afines a Beijing han culpado a Lam por la derrota electoral, mientras que el bando prodemocracia ha pedido su renuncia.
Los manifestantes vieron la reforma de las extradiciones como una erosión de los derechos prometidos cuando la excolonia británica volvió a control chino en 1997. Las manifestaciones fueron evolucionando hasta convertirse en protestas contra lo que algunos ven como la creciente intrusión de Beijing en la ciudad.
Algunos analistas ven improbable que el gobernante Partido Comunista chino suavice su postura en Hong Kong. Los medios chinos dieron escuetos reportes sobre las elecciones locales y se centraron en cambio en el acoso a candidatos proBeijing y en la necesidad de restaurar la ley y el orden.
Beijing está gestionando la situación con cautela, en parte para evitar poner en peligro las negociaciones comerciales con Estados Unidos. También se ve presionada por una ley en trámite en Washington que podría socavar la posición especial de Hong Kong en el comercio global y sancionar a dirigentes chinos y hongkoneses si se concluyera que violaron derechos humanos.