Simpatizantes sandinistas atacan a feligreses en Nicaragua
MANAGUA (AP) — Violentos disturbios ocurrieron este jueves en la ciudad de Masaya, al este de la capital de Nicaragua, donde un grupo de simpatizantes del gobierno atacaron con palos, machetes y tubos de metal a fieles católicos reunidos en una iglesia de la localidad, denunciaron autoridades religiosas.
El padre Harving Padilla, párroco de la iglesia San Juan Bautista, dijo a periodistas que los fanáticos rodearon el templo e intentaron derribar las puertas mientras él se disponía a celebrar la eucaristía en ese templo de Masaya, situada a unos 25 kilómetros de Managua.
“Vinieron con tubos y machetes, golpearon a los monaguillos y a una señora, y nos dejaron aquí encerrados”, se quejó el religioso. Ante la presión de los atacantes, sacerdotes y fieles colocaron bancas de madera trancando las entradas al templo y la misa tuvo que celebrarse a puertas cerradas.
Un hombre de unos 50 años, identificado como Amílcar Montenegro, intentó impedir la entrada de las "turbas" a la parroquia, pero fue duramente golpeado por varios sujetos que luego lo entregaron a la policía, según constataron periodistas en el lugar. Agentes policiales apoyados por fuerzas antimotines vigilaban los incidentes pero no intervinieron.
Los hechos violentos se produjeron tras conocerse que el padre Padilla realizaría una procesión con sus fieles hasta la iglesia San Miguel Arcángel, a pocas cuadras del lugar, en "solidaridad” con su párroco Edwin Román y con una docena de familiares de personas detenidas por protestar contra el gobierno, que el jueves pasado iniciaron una huelga de hambre dentro de ese templo. Ese mismo día, 16 activistas opositores fueron arrestados cuando intentaban entregarles botellas de agua a los huelguistas.
Esta semana, fuerzas ligadas al gobierno intentaron penetrar en la iglesia San Miguel y protagonizaron disturbios también dentro de la catedral de Managua, obligando a otro grupo de mujeres a suspender una huelga de hambre que planeaban realizar en el principal templo de la capital.
El presidente Daniel Ortega y la vicepresidenta, Rosario Murillo, han acusado a varios obispos y sacerdotes católicos de apoyar a la oposición, a la que el gobierno responsabiliza de promover "un fallido golpe de Estado" a través de las protestas sociales que agitaron a este país en 2018.
Mientras, medios de prensa locales informaron que la situación de al menos tres mujeres huelguistas en la iglesia San Miguel es “crítica” debido a que su salud se ha deteriorado, pues la policía mantiene rodeada la parroquia y el gobierno ha suspendido los servicios de agua potable y luz.
Los huelguistas solicitaron la presencia de un delegado del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) para que conozca su situación, pero la entidad advirtió que no intervendrá en el caso.
Consultado por AP, el vocero de la oficina del Comité Internacional para México y Centroamérica, Alberto Cabezas, dijo que “por principio el CICR no participa en negociaciones relacionadas con las huelgas de hambre” o entre los huelguistas y las autoridades.
Señaló sin embargo que el CICR es “una organización humanitaria” y por lo tanto “insta a apoyar que se llegue a soluciones en las que no haya pérdida de vidas”.
Por su parte, el Departamento de Estado de Estados Unidos expresó “profunda preocupación” por la salud y la seguridad de los huelguistas que se encuentran bajo un “asedio inaceptable” en Masaya, y rechazó la detención de activistas opositores por parte de la policía.
Estados Unidos exige que “el régimen de Ortega libere a los más de 130 presos políticos que sigue manteniendo, en contra de sus compromisos bajo el diálogo nacional”, indicó el comunicado oficial.
Tras calificar de “autoritario” al gobierno de Nicaragua y de "represora" a la policía, advirtió que Estados Unidos “está listo para usar todos los medios económicos y diplomáticos” para “apoyar los llamados del pueblo nicaragüense a una restauración de la democracia”.