Aplicaciones ofrecen transporte escolar y cuidado de niños
NUEVA YORK (AP) — Cuando Deb Fink se enteró de que había una compañía que podía llevar a su hijo de nueve años para que participase en un programa para después de la escuela, no le gustó la idea de que el niño se montase en el auto de un extraño. Pero no encontraba tiempo para llevarlo ella en el medio de su jornada laboral y decidió probar el servicio.
Ahora no puede vivir sin él y se siente agradecida de que hayan surgido un puñado de firmas que resuelven el dilema que enfrentan tantos padres que trabajan: ¿Cómo recoger a sus hijos a las tres de la tarde y llevarlos a actividades en distintos puntos de la ciudad durante horas laborales?
Estas compañías permiten llamar un auto, y a veces a alguien que cuide al menor, usando aplicaciones telefónicas. Firmas como HopSkipDrive, Kango y Zum han transportado más de 1,4 millones de menores en 16.000 escuelas, sobre todo en California, aunque con una presencia creciente en Colorado, Texas y Washington.
Sara Schaer, cofundadora y CEO de Kango, dice que su empresa se ofrece como una solución para los padres que trabajan, para que no se encuentren con que sus hijos tienen seis, siete u ocho años “y el daño ya está hecho”, porque tuvieron que “dejar de crecer profesionalmente, no pudieron anotarlos en ciertas actividades, tuvieron que mudarse cerca de las guarderías o se vieron limitados de distintas formas”.
La demanda de estos servicios es tan alta en algunos lugares las firmas no tienen suficientes choferes.
Un obstáculo inicial es convencer a los padres de que dejen que su hijo se monte en el auto de un extraño. No quieren usar Uber y Lyft porque muchos de sus choferes han sido acusados de agredir a sus pasajeros.
Las firmas enfocadas en el trasporte de menores dicen que investigan cuidadosamente a sus choferes, incluso por sus huellas digitales, y exigen que tengan experiencia en el cuidado de niños o que tengan hijos. A veces los describen como “niñeras con ruedas”. Choferes y niños reciben un código que debe coincidir y los padres pueden seguir los pasos del auto a través de la aplicación.
“Todo padre se va a mostrar escéptico, eso lo tuvimos en cuenta el planificar la empresa”, dijo Joanna McFarland, cofundadora y CEO de HopSkipDrive, que funciona en cinco estados de Estados Unidos. “Un padre a menudo no sabe el nombre de los padres de los amigos de su hijo o quién es el chofer del autobús. Esto es lo mismo, solo que con nosotros puedes seguir los pasos del auto y sabes que (el chofer) ha sido investigado y aprobado”.
El hijo de Fink inicialmente viajaba con otro niño cuando empezaron a usar los servicios de HopSkipDrive.
“Nos encantó eso”, dijo Fink, profesor de Berkeley, California. “Tuvimos algunos problemas porque el chofer les daba golosinas a los chicos o porque no conocía la contraseña, pero en términos generales me sentí muy cómoda y confiada”.
Zum, que funciona en siete estados, transporta niños de cinco a 18 años y HopSkipDrive se especializa en menores de seis años para arriba. Kango, que opera en California, recoge bebés y recomienda, aunque no requiere, que los menores de dos años vayan acompañados por alguien.
A diferencia de lo que ocurre con una niñera, los padres no pueden interrogar a un chofer por adelantado ni pedir siempre la misma persona con HopSkipDrive o Zum. Con Kango se les da la opción de charlar con el chofer antes del viaje y de pedir el mismo chofer siempre.
Varias de estas empresas piden al cliente que renuncie a su derecho a demandar si pasa algo y acceda a un arbitraje.
Estas compañías toman muchas precauciones con sus choferes porque “un solo incidente negativo puede hundir la firma”, según Arun Sundararajan, profesor de la Universidad de Nueva York y autor de “The Sharing Economía” (La economía compartida).
Algunas firmas establecen una relación con una escuela, transportando a los estudiantes a partidos y otras actividades, y eso las ayuda a generar credibilidad entre los padres.
Las quejas sobre estas empresas giran más bien en torno a la calidad del servicio que a la seguridad. Algunos padres dicen elogian en Yelp la confianza que inspiran los choferes, mientras que otros dicen que llegan tarde, que dejan a sus hijos donde no deben, cancelan viajes a último momento o no están disponibles.
Para muchos, el costo es prohibitivo. Fink paga 18 dólares diarios por un viaje de casi 4 kilómetros (2,5 millas). Dice que puede hacerlo porque el gasto está subsidiado.
“Es un servicio de elite”, expresó Fink. “Algo para usar de vez en cuanto o si tienes dinero”.