Fiscalía argentina pide 45 años para curas acusados de abuso
BUENOS AIRES (AP) — Una fiscalía argentina pidió el martes penas de 45 años de prisión para cada uno de los dos sacerdotes acusados de múltiples abusos sexuales a menores sordos durante un juicio histórico que se celebra en la provincia de Mendoza.
El Ministerio Público Fiscal de Mendoza -en el oeste de Argentina- solicitó las duras condenas para el cura italiano Nicola Corradi, de 83 años, y para el argentino Horacio Corbacho, de 59. En tanto, solicitó 22 años y medio para el laico Armando Gómez, de 48 y de nacionalidad argentina, informó a The Associated Press un funcionario de esa fiscalía que pidió el anonimato por no estar autorizado a ventilar los detalles del juicio en público.
Los imputados están acusados de cerca de 30 hechos de abuso sexual agravado, abuso simple y corrupción de menores cometidos entre 2004 y 2016 a alrededor de una decena de alumnos del Instituto Antonio Próvolo para niños sordos y con problemas de audición de la localidad mendocina de Luján de Cuyo, a unos 1.100 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Las denuncias salieron a la luz a fines de 2016 y generaron un escándalo mayúsculo que se intensificó luego de saberse que Corradi ya había sido señalado por supuestos delitos similares en el Instituto Antonio Próvolo de Verona, Italia, y que el papa Francisco había sido notificado que el religioso dirigía un centro similar en Argentina.
Corradi, que dirigía el colegio para sordos de Mendoza, y Gómez -que realizaba trabajos de jardinería en el centro- están acusados de seis delitos sexuales cada uno y Corbacho de 16.
La pena máxima por los delitos que se juzgan en el proceso que se realiza a puertas cerradas y que comenzó en agosto es de 50 años. Este es el primero de una serie de juicios a los que serán sometidos otros exintegrantes del colegio, que ha sido clausurado.
El laico Jorge Bordón, que trabajó como administrativo en el instituto, admitió su culpabilidad en 2018 en un juicio abreviado y fue condenado a 10 años de prisión por violación, abuso simple y corrupción de menores al forzar a menores a mantener relaciones entre ellos.
El caso golpea las puertas del Vaticano, que habría desoído las advertencias de las supuestas víctimas italianas de Corradi, cuando el papa ha promulgado nuevas normas para combatir el abuso en la Iglesia.
El sacerdote italiano fue señalado por delitos similares supuestamente cometidos desde la década de 1950 en el instituto de Verona. Su nombre apareció en una carta dirigida al papa en 2014 en la que las supuestas víctimas italianas mencionaron a varios presuntos curas abusadores que seguían ejerciendo el ministerio y en la que le hacían notar que Corradi estaba en Argentina, su tierra natal.
Allegados a las víctimas han lamentado que el papa no hiciera comentarios públicos sobre las denuncias realizadas por las víctimas de los abusos en el Próvolo de Mendoza.