Corte EEUU escucha caso de mexicano baleado en la frontera
WASHINGTON (AP) — La suerte de una demanda iniciada por los padres de un adolescente mexicano muerto a tiros por un agente desde el otro lado de la frontera dependerá de si pueden convencer a un juez conservador de la Corte Suprema de Estados Unidos que los apoye.
La corte escuchó el martes argumentos en el caso de 2010 en que el agente de la Patrulla Fronteriza Jesús Mesa Jr. disparó hacia México y mató a Sergio Adrián Hernández Guereca. El chico desarmado de 15 años jugaba con amigos, corrían hacia la frontera y regresaban a México, cuando los vio Mesa.
Mesa fue allá en bicicleta, arrestó al amigo de Sergio y disparó hacia el otro lado de la frontera, matando a Sergio de un disparo en la cara.
Los familiares demandan al agente por la violación de los derechos civiles de su hijo.
El gobierno estadounidense no acusó a Mesa ni permitió su extradición a México.
Los conservadores tienen mayoría de 5-4 y las sentencias suelen ser aprobadas por esas cifras.
El caso pondrá a prueba la llamada acción Bivens, en que se puede demandar a empleados federales por violar derechos constitucionales. Con el paso de los años, los tribunales han hecho más difícil entablar ese tipo de demandas.
El martes, abogados de Mesa y del gobierno argumentaron que escuchar el caso podría afectar las relaciones con México e inhibir a otros guardias fronterizos.
La jueza Sonia Sotomayor cuestionó ese argumento, enfatizando que “los agentes no deben estar disparando indiscriminadamente contra niños”.
“Este es un caso en que un hombre estadounidense, en territorio estadounidense, es acusado de tirar el gatillo y de violar leyes estadounidenses”, manifestó la magistrada.
Hay otros casos similares. Sigue pendiente uno en que un adolescente en Nogales, México, fue abatido a tiros por un guardia del lado estadounidense de la frontera. Los padres del joven entablaron una demanda por violación de derechos civiles y la Corte Suprema no se ha pronunciado sobre él.
También el martes, los jueces escucharon argumentos sobre la suerte de un programa que permite que inmigrantes que llegaron a Estados Unidos cuando niños traídos por sus padres se puedan quedar en el país.