ACLU intenta frenar construcción de muro fronterizo
SAN DIEGO (AP) — Una corte federal de apelaciones escuchó el martes los argumentos de una demanda que pretende frenar la construcción del muro del presidente Donald Trump en la frontera de Estados Unidos con México, aunque el ritmo de la construcción genera cada vez más preguntas sobre si se les agota el tiempo a los detractores.
El gobierno ha comenzado a trabajar en 206 kilómetros (129 millas) de proyectos financiados por el Pentágono en California, Arizona y Nuevo México desde que la Corte Suprema falló en julio que podía proceder con la construcción mientras se resolvía la impugnación legal.
El Pentágono reasignó 6.100 millones de dólares para la construcción desde que Trump declaró emergencia nacional en la frontera en febrero. El mandatario dice que planea que para finales del 2020 estén construidos unos 800 kilómetros (500 millas). Para el 1 de noviembre, se había completado el reemplazo de barreras en aproximadamente 125 kilómetros (78 millas).
Dror Ladin, abogado de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés), exhortó a un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito en San Francisco a que emitiera su fallo lo más rápido posible porque el gobierno se movía a gran velocidad en lugares que incluyen el Parque Nacional Organ Pipe de Arizona.
“Se extraen enormes cantidades de agua porque construyen el muro con una gran cantidad de cemento y hay excavadoras, y todos los días me envían fotografías muy desgarradoras de la frontera”, dijo Ladin
Durante una entrevista, Ladin dijo que la ACLU pedirá la demolición del muro si el grupo gana el caso luego de que se finalice la obra.
Los jueces _ dos designados por el expresidente Bill Clinton y uno por Trump _ no dieron indicios de hacia qué lado se inclinaban y no dijeron cuándo publicarán la decisión escrita.
La ACLU, que representa a Sierra Club y la Coalición de Comunidades Fronterizas del Suroeste, afirma que Trump flagrantemente ignoró los deseos del Congreso. Los abogados del Departamento de Justicia dijeron que el mandatario ejerció adecuadamente su autoridad para transferir dinero entre departamentos.
Los abogados del estado de California y la Cámara de Representantes de Estados Unidos comparecieron ante los jueces para argumentar a favor de la postura de la ACLU.
La declaratoria de emergencia nacional del presidente generó varias demandas, pero el caso que se discutió el martes es el más seguido. Otro panel de una corte de apelaciones bloqueó las labores en proyectos financiados por el Pentágono en California, Arizona y Nuevo México, pero la Corte Suprema accedió a la petición de emergencia del gobierno para permitir que continuaran. Los proyectos usan 2.500 millones de dólares recanalizado de fondos del Pentágono para el combate contra las drogas.
El secretario de Defensa Mark Esper transfirió en septiembre unos 3.600 millones de dólares adicionales que estaban destinados para la construcción militar, para pagar por 280 kilómetros (175 millas) del muro en California, Arizona, Nuevo México y Texas. Se tiene programado que el gobierno y la ACLU presenten la próxima semana sus alegatos sobre si esos proyectos deberían ser suspendidos ante un juez federal de Oakland, California.
Mientras trata de acelerar el ritmo de la construcción, el gobierno enfrenta un problema potencialmente delicado en Texas debido a que gran parte del terreno es propiedad privada y debe ser adquirido, posiblemente a través de una confiscación.
La construcción en propiedad privada depende de cuándo se llegue a un acuerdo con los terratenientes, dijo Randy Roberts, especialista en bienes raíces para el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos. Eso incluye un proyecto de 83 kilómetros (52 millas) en Laredo, Texas, que se estima tendrá un costo de 1.300 millones de dólares, lo que lo convierte en el más grande y caro de la presidencia de Trump. El gobierno ha tenido poca experiencia en cuanto a trabajar con los propietarios de tierras en esa zona.
Trump heredó un muro que cubre 1.046 kilómetros (654 millas), o alrededor de un tercio, de la frontera. Gran parte fue construido durante el mandato del expresidente George W. Bush.