México: Hallan 10 cadáveres en fosas comunes en Sonora
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Científicos forenses del estado mexicano de Sonora desenterraron 10 cadáveres de fosas comunes ubicadas cerca de la ciudad costera de Puerto Peñasco, con lo que aumentó a 52 el total de cuerpos y esqueletos hallados en el área desde octubre.
Voluntarios de la organización Madres Buscadoras de Sonora, que intenta encontrar a desaparecidos, les avisaron a los fiscales acerca de las fosas en el desierto cercano al Golfo de California, indicó el sábado la procuraduría estatal. Los restos serán enviados a Hermosillo, capital del estado, para su posible identificación.
A menudo, bandas de secuestradores y narcotraficantes entierran los restos de gente que han asesinado en lugares clandestinos como la zona de las fosas de Puerto Peñasco.
Las autoridades comenzaron a retirar los restos de las fosas ubicadas a unos ocho kilómetros (5 millas) de Puerto Peñasco a finales de octubre. Algunos de los cadáveres aún tenían ropa y carne en descomposición.
Personal forense mexicano realiza las necropsias y está solicitando a familiares de personas desaparecidas en la zona que entreguen muestras de ADN para compararlo.
Los hallazgos han ofrecido una luz de esperanza para las familias que buscan a sus seres queridos, como es el caso de Rolando Gutiérrez, un ciudadano estadounidense que fue visto por última vez en Puerto Peñasco en 2017.
“Siento que es ahora; hay una posibilidad de que podamos cerrar este capítulo”, dijo Chavie Gutiérrez, una de los cinco hermanos de Rolando, en entrevista telefónica desde su residencia en el condado Yakima, en el estado de Washington. “Él era una buena persona y merece paz”.
Rolando Gutiérrez, a quien su familia llamaba “Gabby” de cariño, estaba involucrado en el tráfico de drogas, dijo su prima Crissy Zavala. El hombre corpulento de 44 años originario de Washington era esperado en Estados Unidos para el cumpleaños número 15 de su sobrina en octubre del año en que desapareció. Nunca llegó.
Cuando dejó de hacer sus llamadas semanales, una de sus hermanas llamó a las morgues y cuarteles de policía de la zona. No había rastros de él.
“Ahora nos percatamos de que es improbable que lo encontremos con vida”, dijo Zavala, quien también fue entrevistada vía telefónica desde su residencia en Estados Unidos. “Sin embargo, eso no alivia el dolor que sentimos a diario por su ausencia”.
Los padres de Gutiérrez proporcionaron muestras de ADN a la Base de Datos Nacional de Personas Desaparecidas y No Identificadas en Estados Unidos. Pero las autoridades mexicanas piden que los familiares de desaparecidos entreguen muestras en México.
La familia extendida intenta obtener los recursos para que uno de los hermanos pueda ir a México a entregar la muestra, ya que el padre de Gutiérrez está muy enfermo y no puede viajar, y su madre no puede darse el lujo de tomarse unas vacaciones en su trabajo de enfermera a domicilio.
“Hemos leído muy de cerca sobre familias de Arizona que han viajado a dar muestras”, dijo Zavala. “Pero para nosotros es imposible financieramente”.
Nogales, en la frontera con Arizona y a menos de dos horas por carretera de Tucson, es una de las localidades en el estado de Sonora donde las autoridades mexicanas están recabando muestras de ADN.
Los últimos dos años han sido de angustia total para la familia Gutiérrez. Rolando era el mayor de seis hermanos en una familia muy unida. Solía disfrazarse de Santa Claus para sus sobrinos, y bailar con su madre en Navidad.
“Sabíamos que nos amaba y nos lo hacía sentir todo el tiempo”, dijo su hermana menor, Chavie.
Aunque sería desconsolador descubrir sus restos, es peor seguir en el limbo, sin saber en dónde está descansando, afirmó.
Zavala dijo que su tía reza todas las noches para que el alma de su hijo haya llegado al cielo.
“A estas alturas, necesitamos sus restos. Su madre quiere traerlo a casa”, afirmó.