Rebelión en los suburbios, nueva cruz para Donald Trump
NUEVA YORK (AP) — La rebelión suburbana contra Donald Trump y su Partido Republicano sigue creciendo.
Y los republicanos no parecen tener respuesta para ese fenómeno, según reflejan los problemas que tuvieron en el sur en las elecciones locales del martes.
En Kentucky, Trump y sus aliados trataron de rescatar al gobernador Matt Bevin, quien intentó explotar la imagen del presidente en su campaña. En Virginia, los republicanos tomaron distancia de Trump, restando importancia al apoyo que brindan a sus políticas y pidiendo al mandatario que se mantuviese alejado.
Pero ninguna de las dos estrategias funcionó.
Bevin libraba una batalla muy reñida con el candidato demócrata Andy Beshear en un estado en el que Trump se impuso por 30 puntos porcentuales en el 2016. Y los republicanos de Virginia perdieron el control de las dos cámaras legislativas por primera vez en una generación.
Es difícil sacar conclusiones que se apliquen a todo el país en elecciones estatales. Pero no hay dudas de que los resultados son un llamado de atención para los republicanos a un año de las elecciones generales del 2020. Un año después de los comicios de mitad de término, los suburbios siguen inclinándose hacia el otro lado.
“El apoyo a los republicanos en los suburbios se vino abajo durante el gobierno de Trump”, declaró el estratega republicano Alex Conant. “Hay que encontrar la forma de recuperar nuestro respaldo en los suburbios en el próximo año”.
Hay mucho en juego. Por más que ni Virginia ni Kentucky sean frentes de batalla importantes en las elecciones presidenciales del año que viene, los resultados del martes confirman un patrón que se viene registrando en estados reñidos, donde todo está por verse. En las afueras de Filadelfia, Detroit y Charlotte (Carolina del Norte). Y seguramente serán tomados muy en cuenta por legisladores republicanos que tratarán de conservar sus bancas en el Congreso.
Los republicanos siguen controlando las zonas rurales y se apuntaron varias victorias en Kentucky. En Mississippi, otro bastión de Trump, conservaron la gobernación, ya que el vicegobernador Tate Reeves derrotó al demócrata Jim Hood.
Pero las cosas fueron diferentes en varias contiendas menos publicitadas.
En los alrededores de Filadelfia los demócratas tomaron el control del concejo municipal de cinco miembros del condado de Delaware por primera vez desde la Guerra Civil (1861-1865). En el vecino condado de Chester, los demócratas arrebataron sus plazas a dos comisionados republicanos para conseguir por primera vez la mayoría en ese el organismo que maneja la municipalidad.
La misma dinámica se registró en varias contiendas por bancas legislativas estatales en los suburbios de Virginia, sobre todo en sitios como el condado de Henrico, en las afueras de Richmond.
La legisladora estatal Siobhan Dunnavan ganó allí por más de 20 puntos porcentuales hace cuatro años. La zona se ha visto transformada últimamente por la llegada de gente joven, con títulos universitarios, y minorías, una combinación favorable a los demócratas.
El recuento de votos no terminó, pero Dunnavand aventajaba por menos de tres puntos a la demócrata Debra Rodman, una profesora universitaria que criticó a Trump y la oposición de su rival a medidas para controlar la venta de armas en un esfuerzo por captar el voto de los sectores moderados.
En el norte de Virginia, el demócrata John Bell ganó una banca en el Senado estatal en un distrito que tradicionalmente vota por los republicanos.
La fuerza de los demócratas en los suburbios refleja la ansiedad que provoca Trump entre los moderados, sobre todo entre las mujeres, que rechazan sus posturas conservadoras en el campo de la salud, la educación y las armas.
Los republicanos de Virginia trataron de enfocarse en temas locales. En los últimos días de la campaña Dunnavant trató de que Trump no pisase el estado. El presidente respetó su deseo y envió al vicepresidente Mike Pence.
Ni siquiera en estados marcadamente “rojos” (republicanos) Trump fue la cura de todos los males. El dilema de los suburbios resultó insoluble.
Bevin tuvo fuerte resistencia en bastiones republicanos del norte del estado.
En el 2015 el gobernador ganó holgadamente el condado de Campbell, al sur de Cincinnati. El martes, Beshear se llevó ese condado con facilidad, casi duplicando el caudal de votos de los demócratas de hace cuatro años. También cosechó 74.000 votos nuevos en el condado de Jefferson, donde se encuentra Louisville.
Beshear aventajaba a Bevin por la mínima diferencia el martes por la noche.
Los republicanos culparon al propio Bevin por sus problemas. El gobernador era muy impopular y se enemistó con poderosos intereses del estado.
Las señales de alarma están a la vista para los republicanos.
"Siguen perdiendo apoyo muy necesitado en los distritos suburbanos, sobre todo entre las mujeres y los votantes con estudios universitarios”, dijo el estratega republicano Rick Tyler. “Esa tendencia, si no se revierte, es un espiral de la muerte”.