Presidente electo de Argentina alista política exterior

BUENOS AIRES (AP) — ¿Qué tipo de política exterior puede esperar el mundo de Argentina cuando su nuevo presidente asuma el mando en diciembre? La nación sudamericana se enfrentó a Estados Unidos y otros países occidentales cuando Cristina Fernández fue presidenta. Tras las elecciones del domingo, ella regresa al poder, esta vez en el puesto de vicepresidenta. Pese a las preocupaciones, algunos analistas creen que Alberto Fernández, el presidente electo de Argentina, buscará un camino menos combativo, mientras el país batalla para reanimar su economía con apoyo internacional.

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¿CÓMO ERA LA POLÍTICA EXTERIOR DE ARGENTINA EN EL MANDATO DE CRISTINA FERNÁNDEZ?

Sus diatribas contra Washington fueron una fuente constante de descontento en la Casa Blanca. También era cercana a Hugo Chávez, el fallecido presidente venezolano, y admiraba al líder revolucionario Fidel Castro.

“Cristina estaba en el cargo cuando muchos líderes en la región se inclinaban a la izquierda”, dijo Monica de Bolle, académica en el Instituto Peterson de Economía Internacional, e “hizo lo que muchos otros hicieron: tomó una postura firme hacia Estados Unidos y elogió la integración regional, pero nunca llegó muy lejos”.

Enfureció a España al privar a la compañía española Repsol de su participación mayoritaria en la compañía energética YPF, y fue acusada de ayudar a Irán a ocultar su presunta participación en la mortífera explosión en un centro judío de Buenos Aires en 1994, una acusación que ella refuta.

“La política exterior de Cristina, sobre todo en su segunda presidencia, fue caracterizada por un profundo aislamiento de la Argentina, fundamentalmente con los países del Occidente”, explicó Sergio Berensztein, analista político en Buenos Aires.

Las relaciones con Estados Unidos mejoraron con su sucesor, el presidente conservador Mauricio Macri. Barack Obama visitó Argentina, donde bailó tango en una cena oficial. Donald Trump recibió a Macri en la Casa Blanca. Ambos líderes tienen una relación personal que se remonta a sus días de empresarios.

“Puede esperarse que las relaciones de Argentina con Estados Unidos sean más frías de lo que fueron con Macri, pero no tan conflictivas como las de los dos períodos” de Cristina Fernández, dijo Michael Shifter, director del Dialogo Interamericano, un centro de investigación en Washington.

Alberto Fernández dijo el viernes que Trump le llamó para felicitarlo por las votaciones del domingo. En un comunicado, su oficina de prensa indicó que el mandatario estadounidense le dijo que haría “una labor fantástica”, que esperaba poder conocerlo en persona pronto y que “en todo el mundo se había comentado su victoria”. La Casa Blanca aún no ha hecho declaraciones sobre la llamada.

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¿SERÁ UN REGRESO A LAS POLÍTICAS DE CRISTINA?

Algunos argentinos temen que Cristina Fernández intente manipular a Alberto Fernández (comparten apellido pero no hay parentesco), pero él le resta importancia al asunto. Los analistas señalan que el presidente electo debe optar por una estrategia pragmática porque su gobierno hereda un desempleo y pobreza elevados, una altísima inflación, y reservas extranjeras menguantes.

“La alcancía está vacía y la demanda mundial de mercancías, incluidas las exportaciones agrícolas de Argentina, ha disminuido, así que el margen de maniobra para un programa populista de redistribución es muy limitado”, afirmó Christopher Sabatini, académico de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Columbia en Nueva York e investigador en Chatham House.

“De la misma forma que el nuevo contexto nacional e internacional requerirá de un acto de malabarismo económico, también lo hará en el ámbito internacional”, añadió Sabatini.

Alberto Fernández es considerado la figura que unificó el peronismo, el extenso pero dividido movimiento político al que muchos se adhieren en Argentina.

Para mantener esa unidad, “él podría necesitar tener especial cuidado en sus interacciones con Venezuela o Cuba”, dijo Jenny Pribble, profesora asociada de ciencias políticas en la Universidad de Richmond. “Al mismo tiempo, Fernández podría usar las interacciones en política exterior para recordarle simbólicamente al electorado de su orientación ideológica izquierdista”.

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¿QUÉ SUCEDERÁ CON EL FMI?

Alberto Fernández también necesitará negociar los términos del rescate financiero de 56.000 millones de dólares que el Fondo Monetario Internacional le otorgó a Argentina. Eso podría obligarlo a adoptar “una estrategia prudente en los primeros meses”, afirmó Pribble.

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¿BUSCARÁ ALBERTO ALIANZAS EN LA IZQUIERDA?

Sí, pero con límites. El primer viaje que planeó Alberto Fernández tras la victoria del domingo es una visita a México para reunirse con el presidente Andrés Manuel López Obrador. También mantiene su cercanía con expresidentes izquierdistas como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el uruguayo José Mujica, pero los primeros indicios señalan que su estilo será de menor confrontación en sus tratos con otros mandatarios.

“Evidentemente es como una tercera vía”, aseveró Berensztein. “No es un lineamiento ni con Estados Unidos, ni tampoco Venezuela o Cuba. Por eso pone como ‘caveat’ (aviso): reconoce y agradece los saludos y, en seguida plantea un ‘pero’, y eso lo coloca en un espacio también de centro”.

El nuevo gobierno argentino tampoco puede darse el lujo de separarse del Mercosur y su reciente acuerdo con la Unión Europea, ni de su integración económica con Brasil, dijo Sabatini.

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¿Y QUÉ HAY DE BRASIL?

Argentina y Brasil son las economías más grandes de Sudamérica y los miembros más importantes del Mercosur. Los vecinos y rivales en el fútbol dependen mucho uno del otro en cuestiones comerciales. Sin embargo, Fernández ya tuvo una fricción con el presidente brasileño Jair Bolsonaro, al decir que Lula _acérrimo rival de Bolsonaro_ está encarcelado injustamente. A su vez, Bolsonaro declaró que Argentina “escogió mal” en las elecciones y que él no viajará a la juramentación de Fernández.

Oliver Stuenkel, profesor de relaciones internacionales en la Fundação Getulio Vargas, una universidad en Sao Paulo, manifestó que la animosidad demuestra que están desempeñándose de acuerdo con lo que esperan los sectores más radicales de su base de apoyo. Eso complicará que los grupos pragmáticos de ambas partes alivien la tensión, aunque con el tiempo los mandatarios podrían desarrollar una relación de trabajo.

“A Alberto lo veo pragmático, muy distinto a Cristina; él está siempre buscando una situación de equilibrio”, indicó Berensztein. “Hay un vínculo muy estrecho con Lula, que es histórico, y eso lo distancia de Bolsonaro, pero él sabe que, por el bien estratégico de la Argentina, él no puede pelearse con Brasil”.

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Los periodistas de The Associated Press David Biller en Río de Janeiro y Mauricio Savarese en Sao Paulo contribuyeron a este despacho.