Líbano sin poder reabrir vías en medio de protestas
BEIRUT (AP) — Las fuerzas de seguridad de Líbano tenían problemas para reabrir caminos el jueves mientras manifestantes continuaban con su campaña de desobediencia en apoyo a las protestas contra el gobierno.
Los bancos, escuelas y muchos negocios se han visto afectados desde que comenzaron las protestas el 17 de octubre. Las manifestaciones se desataron luego de una propuesta para imponer un impuesto al servicio de mensajería WhatsApp, pero crecieron rápidamente a peticiones para la renuncia del gobierno y un cambio político radical.
Se tenía previsto que las escuelas reanudaran las clases por primera vez en dos semanas, pero el miércoles por la noche muchos padres de familia recibieron mensajes de textos sobre que las instituciones permanecerían cerradas por cuestiones de seguridad. La Agencia Nacional de Noticias estatal reportó que las escuelas de algunas zonas seguirían sin impartir clases hasta nuevo aviso.
Los bancos tenían programado reabrir el viernes, en medio de preocupaciones de que la grave crisis fiscal que precedió a las protestas podría empeorar.
En tanto, las oficinas gubernamentales y negocios continuaban cerrados en el norte de Líbano, luego de unos enfrentamientos durante la noche en los que el Ejército utilizó gas lacrimógeno para dispersar a los manifestantes, provocando heridas a siete de ellos.
El presidente Michel Aoun, una de las principales causas de la molestia de los manifestantes, tenía previsto pronunciar un discurso en las próximas horas. El primer ministro Saad Hariri renunció el martes, lo que representó la primera victoria del movimiento de protesta, pero hundió al país a una mayor incertidumbre. Generalmente, toma semanas o meses formar un nuevo gobierno.
“Tratan de dividir la calle, pero la calle tiene una exigencia muy clara: Queremos respirar aire limpio y detener los robos”, dijo Rania, una manifestante de Beirut que rechazó dar su apellido por cuestiones de seguridad.
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Los periodistas de The Associated Press Sarah El Deeb y Bassam Hatoum en Beirut, y Sylvie Corbet en París, contribuyeron a este despacho.