Ejército libanés reabre avenidas tras renuncia de premier
BEIRUT (AP) — La vida poco a poco volvía a la normalidad el miércoles en la capital de Líbano luego de que las fuerzas militares reabrieron las principales avenidas, después de 13 días de protestas a nivel nacional que paralizaron al país y obligaron al primer ministro a presentar su renuncia.
No hubo una resistencia significativa por parte de los manifestantes mientras las unidades del Ejército derribaban las barreras y tiendas de campaña con un bulldozer y que habían sido colocadas en medio de caminos y las principales intersecciones. Unas pocas tiendas de campaña y manifestantes continuaban en las plazas públicas de varias partes del país, pero gran parte de los caminos fueron reabiertos para el mediodía.
La acción surgió un día después de que el primer ministro Saad Hariri anunció que dejará el cargo luego de casi dos semanas de protestas a lo largo y ancho de la nación, lo que representó una primera victoria importante para el movimiento. El presidente Michel Aoun aceptó su renuncia el miércoles y pidió que continúe dirigiendo al gobierno de manera interina, hasta que se forme un gobierno nuevo.
La renuncia se produjo poco tiempo después de que los simpatizantes del grupo guerrillero libanés Hezbollah y su aliado, el movimiento chií Amal, atacaron el principal campamento de protesta en Beirut, incendiando las tiendas de campaña, destruyendo sillas y persiguiendo a los manifestantes.
Ahora sin líderes, los manifestantes tenían opiniones mixtas sobre si deberían abandonar las calles o continuar con su campaña, que ha dejado bancos, escuelas y otros negocios destrozados desde el 18 de octubre. La mayoría dijo que darían a los políticos la oportunidad para formar un nuevo gobierno, pero que regresarían a las calles en caso de que demoren demasiado.
"No nos enfrentaremos contra el ejército porque nos apoyó y nosotros lo apoyaremos", dijo Rayyan Abu Ltaif, un manifestante. "Les daremos (al gobierno) 72 horas, como ellos le hicieron, y luego intensificaremos el movimiento y regresaremos a las calles". Mientras hablaba, veía cómo los soldados y los policías desmantelaban las tiendas de campaña en una intersección importante de Beirut.
La renuncia del primer ministro sumió a Líbano en agitación e incertidumbre mientras lidia con una crisis económica y financiera que ha conducido a la escasez de divisas y a la devaluación de la moneda local por primera vez en más de dos décadas.