El papa insta a abrir nuevos caminos para propagar la fe
CIUDAD DEL VATICANO (AP) — Tras una petición histórica de los obispos de la Amazonía para que hombres casados puedan ordenarse sacerdotes, el papa Francisco exhortó el domingo a los católicos a estar abiertos a nuevas formas de evangelización, diciendo que la Iglesia debe “abrir nuevos caminos para la proclamación del Evangelio”.
Advirtió también a no caer en el fariseísmo, en una aparente bofetada a los críticos conservadores que temen que el pontífice esté debilitando los cimientos de la Iglesia.
El permitir la ordenación de hombres casados en zonas remotas de la Amazonía que padecen una grave escasez de sacerdotes haría mella en la práctica casi milenaria de la Iglesia que impone el celibato sacerdotal, y también le ayudaría a competir con las iglesias evangélicas y protestantes que cada vez ganan más conversos allí.
El sínodo de tres semanas en el Vaticano sobre las necesidades especiales de los católicos en esa región de Sudamérica incluyó una votación por una mayoría de los más de 180 obispos del sínodo, que propusieron la ordenación de hombres casados con familias establecidas para ayudar a atender a los fieles de la extensa región, donde algunos católicos no ven sacerdotes durante meses e incluso años.
Francisco expresó su gratitud de que los obispos hablaran con “sinceridad y franqueza”. Señaló que pondrá por escrito su respuesta para finales del año.
Ante los presentes en la Plaza de San Pedro, el papa dijo que tanto él como los participantes del sínodo se sintieron motivados a “dejar costas cómodas” en la búsqueda de nuevas formas de desempeñar la misión central de la Iglesia de propagar la fe católica.
Francisco ha elogiado a menudo el celibato para los sacerdotes. Si el pontífice nacido en Argentina acoge la petición de los obispos en su continente natal, no está claro si ello podría provocar una erosión en la regla del celibato en otras partes del mundo.
La ordenación de hombres casados, incluso en circunstancias limitadas, corre el riesgo de profundizar la antipatía hacia Francisco en los círculos de la Iglesia fuertemente conservadores, que lo consideran peligrosamente progresista.
En una posible referencia a los que se consideran guardianes de la fe, el pontífice advirtió que no hay que caer en el fariseísmo y en la “auto canonización”.