Chirinos, el inesperado jonronero de Astros en Serie Mundial
WASHINGTON (AP) — El manager de los Astros, AJ Hinch, tenía tan poca confianza en el bate de Robinson Chirinos que envió a un emergente para que ocupara su lugar en el comienzo de la Serie Mundial.
Chirinos ha disparado cuadrangulares en juegos consecutivos y se ha convertido en el inesperado jonronero de Houston cuando el equipo más lo necesitaba.
Una noche después de disparar un bambinazo solitario que estrelló la pelota en el poste de foul del jardín izquierdo, el venezolano sacudió un vuelacerca de dos carreras el sábado, para que los Astros arrollaran 8-1 a los Nacionales de Washington y empataran el Clásico de Otoño a dos victorias por bando.
“Me he colocado a mí mismo en una buena posición”, dijo Chirinos. “Hice swing a los lanzamientos que iban a la zona de strike. Me concentré en el medio del plato y del terreno, y lo hice de nuevo esta noche”.
Hinch dio además a Chirinos parte del mérito por la estupenda labor del abridor novato José Urquidy. El mexicano abrió por primera vez un encuentro de Serie Mundial y anuló el bateo de Washington.
“Siempre que hay una buena salida de un pitcher, hay que darle también crédito al cátcher, por ayudarlo a salir de algunas situaciones y por tranquilizarlo desde el comienzo”, resaltó Hinch. “Además, él bateó el jonrón de dos carreras, que fue algo grande para nosotros”.
Chirinos disparó 17 bambinazos en esta campaña, pero se había quedado sin pólvora en la Serie de Campeonato de la Liga Americana. Se fue de 15-0 en seis encuentros ante los Yanquis de Nueva York.
Así, no fue sorpresivo que Hinch lo sustituyera por Kyle Tucker con dos hombres a bordo y un par de outs en el sexto capítulo del segundo juego de la Serie Mundial.
Tucker se ponchó. El boricua Martín Maldonado ocupó la receptoría durante el colapso de Houston en el séptimo inning, y los Astros viajaron a Washington con una desventaja de 2-0.
Chirinos dijo que los peloteros hablaron durante el vuelo sobre la necesidad de hacer las cosas sencillas, sin tratar de esforzarse más de la cuenta.
“No hay que hacer siempre el swing para volarte la cerca”, dijo.
Tal vez no lo intentó, pero logró el primer bambinazo de Houston en la serie. El batazo fue clave en la victoria por 4-1 en el tercer juego, el viernes.
Esa noche, tuvo oportunidad de festejar con su hijo, David, quien lo esperaba en el clubhouse.
“Buen trabajo, buen swing”, le dijo.
Y Hinch sintió que Chirinos había salido de la mala racha.
El receptor de 35 años lo ratificó el sábado.