“Amenaza existencial” para Egipto: Represa etíope en el Nilo
EL CAIRO (AP) — Un nuevo derrumbe en las conversaciones con Etiopía sobre la construcción de una enorme represa río arriba en el Nilo deja a Egipto con pocas opciones en sus esfuerzos por proteger la principal fuente de agua fresca para su creciente población.
Este mes se suspendieron las charlas en torno a la construcción de la Represa del Gran Renacimiento Etíope, un proyecto de 5.000 millones de dólares que ya está completado en un 70% y que suministrará electricidad a los 100 millones de habitantes de Etiopía.
Egipto, que tiene una población similar, teme que el proceso de llenar el embalse detrás de la represa reduzca la cantidad de agua que fluye por el río, con consecuencias catastróficas. Medios oficialistas dicen que el dique constituye una amenaza a la seguridad nacional egipcia, que justifica una acción militar.
Hablando ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el mes pasado, el presidente egipcio Abdel-Fattah el-Sissi dijo que “jamás” permitiría que Etiopía imponga “una situación de hecho” al llenar el embalse sin un acuerdo entre los dos países.
“Si bien reconocemos el derecho de Etiopía a desarrollarse, el agua del Nilo es una cuestión de vida, un asunto existencial para Egipto”, manifestó.
El presidente etíope Sahle-Work Zewude, hablando también en la ONU, dijo por su parte que su país cree que “el uso del río debería ser decidido de acuerdo con las leyes internacionales y hacerse un uso justo y equitativo de los recursos naturales”.
Egipto habla desde hace años con Etiopía y Sudán, países que están río arriba y que se quejan de que los egipcios se quedan con la mayor parte del agua del Nilo, al amparo de acuerdos que datan de le época en que eran colonia británica. Estas conversaciones se suspendieron este mes. Fue la tercera vez que se vienen abajo desde el 2014.
“Estamos hartos de las dilaciones de los etíopes. No podemos pasarnos la vida manteniendo conversaciones estériles”, declaró un funcionario egipcio a la Associated Press. “Todas las opciones están sobre la mesa, pero preferimos el diálogo y la vía política”.
Egipto buscó la ayuda de Estados Unidos, Rusia, China y Europa, en la aparente esperanza de conseguir un acuerdo más ventajoso a partir de una mediación internacional. La Casa Blanca dijo este mes que apoya el diálogo con el fin de llegar a un acuerdo sustentable que “respete el patrimonio de las aguas del Nilo de cada uno”.
Mohamed el-Molla, funcionario del ministerio de relaciones exteriores egipcio, dijo que El Cairo llevará la disputa al Consejo de Seguridad de la ONU si los etíopes no aceptan una mediación internacional.
Esto irritó a Etiopía, que quiere resolver la disputa a partir de conversaciones tripartitas.
Un funcionario etíope dijo que las propuestas hechas hasta ahora por El Cairo “están preparadas deliberadamente para que sean inaceptables para Etiopía”.
“Ahora dicen que Etiopía rechazó el ofrecimiento y piden la intervención de terceros”, expresó el funcionario.
Tanto el funcionario egipcio como el etíope hablaron a condición de no ser identificados porque no estaban autorizados a comentar el asunto con la prensa.
La principal disputa es en torno el llenado del embalse, con capacidad para 74.000 millones de metros cúbicos de agua. Los etíopes lo quieren llenar lo más rápidamente posible para que pueda generar 6.400 megavatios y complementar los 4.000 con que Etiopía cuenta ahora.
Esto podría reducir significativamente la cantidad de agua del Nilo Azul, el principal tributario del río. Si el llenado se produce durante la temporada de sequías, su impacto río abajo será más severo todavía.
Egipto quiere que el proceso de llenado se demore al menos siete años y que Etiopía lo ajuste a las lluvias, según un funcionario del ministerio de irrigación egipcio que participó en las negociaciones. El informante tampoco estaba autorizado a hablar y lo hizo a condición de permanecer anónimo.
El Nilo suministra el 90% del agua fresca que consume Egipto. Los egipcios tienen uno de los porcentajes per cápita más bajos de agua en el mundo, de unos 570 metros cúbicos por persona por año, comparado con el promedio mundial de 1.000 metros cúbicos. El promedio de los etíopes, no obstante, es de 125 metros cúbicos anuales.
Los egipcios quieren que se les garantice un mínimo de 40.000 millones de metros cúbicos de agua del Nilo Azul anuales. El funcionario de irrigación egipcio dijo que menos que eso puede afectar al represa de Asuán y tener consecuencias económicas catastróficas.
“Dejaría sin trabajo a millones de campesinos. Podríamos perder más de un millón de puestos de trabajo y 1.800 millones de dólares anuales, además de 300 millones de dólares en electricidad”, señaló.
Agregó que Etiopía se compromete a garantizar solo 31.000 millones de metros cúbicos anuales.
Los etíopes esperan completar el proyecto, que se ha demorado varias veces, en el 2023.
El Grupo de Crisis Internacionales, agrupación con base en Bruselas, advirtió este año que existe el “peligro de enfrentamientos futuros severos si las partes no llegan a un acuerdo a largo plazo sobre el manejo del río”.
En las últimas semanas algunos comentaristas egipcios oficialistas pidieron que se recurra a la fuerza para defender los intereses de Egipto.
Abdallah el-Senawy, renombrado columnista del diario el-Shorouk, dijo que las únicas alternativas que tiene Egipto por delante son la internacionalización de la disputa o acciones militares.
“Egipto no es un país pequeño”, escribió el domingo. “Si todas las opciones diplomáticas y legales fallan, una intervención militar podría resultar obligatoria”.
Anuar el-Hawary, exeditor del diario Al-Masry Al-Youm, comparó la disputa con la guerra de 1973 con Israel, en la que Egipto atacó por sorpresa la península de Sinaí.
“Si peleamos para liberar Sinaí, sería lógico pelear para liberar el agua”, escribió en Facebook. “El peligro es el mismo en ambos casos. La guerra es la última respuesta”.
___
El reportero de la Associated Press Elias Meseret (Addis Ababa, Etiopía) colaboró en este despacho.