Reina inquietud en poblaciones de frontera irlandesa
EN LA FRONTERA DE IRLANDA DEL NORTE (AP) — En la frontera de Irlanda del Norte, gente reunida en los puntos de cruce exigían a los políticos proteger una paz que bruscamente parece correr peligro. A pesar del acuerdo anunciado el jueves, temen el regreso de los retenes y, con ellos, la violencia que plagaba sus vidas.
En un cruce cerca de Dundalk, adultos y niños buscaban calor en torno a un fuego encendido en un barril metálico. Activistas locales portaban carteles con leyendas como “Nunca una frontera aquí” e insistían en que los negociadores deben recordar a la gente de Irlanda del Norte al elaborar un acuerdo para la salida británica de la Unión Europea, que muchos temen volverá a encender las tensiones.
El Acuerdo del Viernes Santo de 1998 inició dos décadas de relativa paz y prosperidad a ambos lados de la frontera entre Irlanda del Norte, que forma parte del Reino Unido, y la República de Irlanda, miembro de la UE. La estabilidad era posible en parte porque los dos países eran miembros de la UE. Una vez que desaparecieron los odiados retenes militares, las barreras dejaron de ser necesarias.
Pero al salir Gran Bretaña del bloque, podrían regresar los controles de identidad y las aduanas, y con ellos las enemistades que provocaron décadas de violencia.
Londres y Bruselas han prometido mantener la frontera abierta después del Brexit, pero no han encontrado una solución aceptable para todas las partes.
Si bien un acuerdo anunciado el jueves promete mantener la frontera abierta, es apenas el primer paso. El Parlamento rechazó tres veces un acuerdo negociado por la entonces primera ministra Theresa May. Si rechaza éste, podría ocurrir una salida caótica sin acuerdo y sin garantías para la frontera.
“Esta población hizo grandes compromisos en el acuerdo de paz que tenemos, que es el del Viernes Santo”, dijo Declan Fearon, miembro de Poblaciones de Frontera Contra el Brexit. “Nunca pensamos que una votación en Londres no tendría en cuenta ese acuerdo del Viernes Santo”.
La gente simplemente no quiere volver a la época que llaman de “Los Problemas”, cuando la violencia sectaria cobró vidas tanto de protestantes como católicos y las represalias eran frecuentes.