Presidente panameño abordará migración con Colombia y México
PANAMÁ (AP) — El presidente panameño Laurentino Cortizo informó que abordará este mes el problema de la migración con sus homólogos de Colombia y México, al considerar que se necesita trabajar más estrechamente para reducir ese flujo a través de Sudamérica.
“Son temas que no se pueden manejar desde un solo país y hay que buscar la manera de unir fuerzas”, dijo a los periodistas el mandatario, quien en la víspera cumplió sus primeros cien días en el gobierno.
Sin precisar fechas, el mandatario dijo que visitará a mediados de octubre a su par colombiano Iván Duque y a fines del mismo mes al mexicano Andrés Manuel López Obrador, en lo que serán sus dos primeros viajes de trabajo con líderes de la región.
Las visitas van de la mano con lo que ha pregonado el actual gobierno de lograr una respuesta regional al problema de la migración de miles de africanos, asiáticos, haitianos y cubanos que cruzan la peligrosa jungla del Darién, limítrofe con Colombia, para luego seguir camino hacia Estados Unidos. Panamá ha descartado la posibilidad de negociar un acuerdo con el gobierno del presidente Donald Trump para dar asilo a esos migrantes.
Cortizo refirió que cuando llegó al poder había alrededor de 3.000 migrantes en albergues en el país, pero que actualmente el número no llega a los 400. La reducción, más que un logro de las autoridades panameñas y colombianas, podría deberse a que el flujo baja en la época lluviosa y a que probablemente los extranjeros se enteraron de las dificultades cada vez mayores para cruzar al lado estadounidense desde México, según los expertos.
El presidente dijo que va a la cita con Duque para “ver cómo podemos tener una colaboración más estrecha entre los países del área, para ir minimizando ese flujo de inmigrantes, que avanza desde Brasil e incluso viene de África”.
Con López Obrador, agregó, abordará, además de la migración, el intercambio de información y combate al narcotráfico.
Cortizo descartó antes de asumir la construcción de un albergue por 9 millones de dólares para los migrantes en Darién, al considerar que el país tenía otras prioridades.