Socialistas de Portugal tendrán que buscar alianzas
LISBOA, Portugal (AP) — El Partido Socialista de Portugal tuvo poco tiempo el lunes para saborear su victoria en las elecciones generales, ya que tenía encima unas duras negociaciones para lograr apoyo parlamentario.
Los socialistas, de centroizquierda, ganaron el domingo la elección general con el 36,6% de los votos y se alistan a gobernar por cuatro años más. La oposición principal, el Partido Social Demócrata, quedó segundo con casi 28%. En Portugal, contrario a otros países de la Unión Europea, no ha habido un surgimiento de partidos nacionalistas, populistas o de extrema derecha, aunque un partido así ganó un escaño por primera vez.
A los socialistas, sin embargo, les faltan 10 asientos para lograr la mayoría de 230 en el Parlamento. Para asegurarse de que sus propuestas sean aprobadas, el gobierno necesitará el apoyo de otros partidos.
Una economía saludable, con un crecimiento de 2,1% el año pasado y un desempleo de alrededor del 6%, ayudó al Partido Socialista a regresar al Palacio de Sao Bento, el asiento de poder en Lisboa.
Los socialistas también han sido elogiados en Europa por controlar el crónico sobregasto de Portugal, y el ministro de Finanzas Mario Centeno logró reducir el déficit presupuestario a casi cero este año.
Antonio Costa, líder socialista y primer ministro, dijo en su discurso de victoria que tiene la intención de continuar sus políticas pro empresariales y la administración fiscal prudente.
Pero en Europa se están gestando problemas económicos, y después de que se publicaron los resultados electorales, el Bloque Izquierdista y el Partido Comunista Portugués —los más obvios candidatos para una alianza — se apresuraron a emitir pedidos de gastos.
El Bloque Izquierdista ganó 19 escaños y el Partido Comunista logró 12.
La líder del Bloque Izquierdista Catarina Martins dijo que las exigencias de su partido a cambio de apoyo incluirían la renacionalización del servicio nacional de correo CTT, que fue privatizado en el 2014, y un aumento en la inversión pública para la vivienda y el transporte.
Los Comunistas quieren que el salario mínimo pase de 600 a 850 euros al mes, incrementar las pensiones y educación preescolar gratuita para todos los niños, entre otras cosas.