Resistencia de empresas no inquieta a Warren. La estimula.
WASHINGTON (AP) — El director ejecutivo de Facebook dice que está listo “para subir al cuadrilátero” y hacer lo posible por impedir que Elizabeth Warren fuerce la parcelación de las grandes empresas tecnológicas. Y algunos donantes grandes de los demócratas han dejado saber discretamente que no aportarían dinero o incluso apoyarían a Donald Trump si Warren consigue la nominación presidencial de ese partido.
A simple vista, estos factores no parecen alentadores para Warren. Pero la senadora de Massachusetts y sus aliados ven con buenos ojos la cantidad de enemigos que se ha hecho entre las grandes empresas, pues creen que eso reforzará su imagen de luchadora contra la corrupción.
“Muchas de las personas que votarán por un presidente que se ha comprometido a dividir Amazon y Facebook son usuarios de Amazon y Facebook que no ven con buenos ojos sus abusos de la privacidad ni sus aumentos de precios”, expresó Adam Green, cofundador del Comité de Campaña por un Cambio Progresista y uno de los principales respaldos de Warren. “Elizabeth Warren sabe cómo articular eso”.
Warren y su principal rival liberal del partido, Bernie Sanders, están tanteando las aguas para ver hasta qué punto el votante demócrata está dispuesto a fajarse con algunas de las empresas y de los ciudadanos más poderosos del país. Arguyen que la concentración de ganancias en Wall Street y Silicon Valley perjudica a la clase media, y plantean que impuestos a la riqueza y una reducción del poder de las grandes firmas mejorará el bienestar de la población en general.
Es una estrategia arriesgada, en momentos en que el país enfrenta incertidumbres económicas y una profunda división política.
Facebook y Amazon son un fenómeno extraño, ya que millones de personas usan sus servicios a diario. Han sido criticadas tanto por liberales como por el presidente Donald Trump por ejercer demasiada influencia en el control de la información y de los productos.
Si bien las empresas financieras y de tecnología son hoy un blanco político fácil, las ideas de Warren enfrentan crecientes cuestionamientos a medida que se afianza como una de las favoritas para obtener la nominación presidencial demócrata. En muchas encuestas está por encima de Sanders y cada vez más cerca del favorito Joe Biden.
A medida que gana popularidad, aumenta el malestar entre muchos líderes empresariales. Un video difundido esta semana por The Verge muestra al jefe de Facebook Mark Zuckerberg decir, en alusión a Warren, que “si alguien representa una amenaza existencial, te subes al cuadrilátero y te fajas”.
Agrega que Warren “piensa que lo indicado es partir las empresas” y que “si ella llega a la presidencia, apostaría a que todo esto termina en los tribunales y a que nosotros ganamos esa batalla”.
“¿Nos molesta esto? Claro que sí”, se escucha decir a Zuckerberg en una grabación de una charla con empleados de Facebook de julio.
Warren respondió: “Lo que realmente molestaría es que no arreglásemos un sistema corrupto que permite que firmas enormes como Facebook incurran en prácticas ilegales que atentan contra la competencia y contra el derecho a la privacidad de los consumidores, y reiteradamente abdican su responsabilidad de proteger nuestra democracia”.
Fue un cruce típico: Warren la emprende contra las grandes empresas, convencida de que esos choques mejoran su imagen, por más que algunas de las firmas contra las que despotrica sean muy populares.
En abril, cuando Amazon objetó en un tuit la queja de Warren de que recaba información “de cada comprador o vendedor”, Warren respondió diciendo “estos son los hechos” y presentó artículos periodísticos que según ella corroboraban lo que estaba diciendo.
Warren se pasó años pidiendo la renuncia del presidente y CEO de Wells Fargo Tim Sloan tras circular informes de que el banco había falsificado cuentas. Sloan restó importancia a sus denuncias, pero renunció en marzo. “Ya era hora”, dijo Warren en un tuit.
Cuando NBC publicó un artículo la semana pasada diciendo que donantes demócratas podrían boicotear las elecciones o votar por Trump si Warren era la candidata demócrata, Warren dijo en un tuit que “no le temo a citas anónimas y (que) los donantes ricos no pueden comprar este proceso”.
Warren no es la única demócrata que cuestiona a las firmas financieras y tecnológicas. Kamala Harris pidió esta semana a Twitter que suspenda la cuenta de Trump, diciendo que sus alusiones a la violencia violan los requisitos de la plataforma.
Warren opinó que no se debe impedir tuitear a Trump. Y, a diferencia de Sanders, que se define como un socialista, asegura que es una capitalista que solo quiere reformar el sistema, no acabar con él.
Resta por verse si electorado podrá hacer esas distinciones sutiles.
El gran desafío que tiene por delante Warren podría ser convencer a la clase media de que se beneficiará si se reduce el tamaño de las grandes firmas.
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Los reporteros de la Associated Press Josh Boak (Washington) y Kathleen Ronayne (Las Vegas) colaboraron en este despacho.