Movimiento sindical argentino avanza hacia la reunificación
BUENOS AIRES (AP) — Después de casi tres décadas de fractura, las dos principales centrales obreras de Argentina volverán a unificarse.
La Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), fundada en 1991 por un grupo de sindicalistas que abandonaron la Confederación General del Trabajo (CGT) --principal organización sindical del país--, resolvió el jueves iniciar el proceso de unificación durante una asamblea en el micro-estadio del club Lanús, en las afueras de Buenos Aires.
La reunificación sindical fue impulsada por el candidato opositor kirchnerista Alberto Fernández y su compañera de fórmula, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), para las elecciones generales del 27 de octubre, en las que el presidente Mauricio Macri competirá por la reelección.
Los Fernández, favoritos en las encuestas tras la victoria por 15 puntos en las primarias del 11 de agosto, son respaldados por la mayoría de los sindicalistas, quienes históricamente se han identificado con el partido Peronista
Fernández, que estuvo presente en el acto de la CTA, ha dicho que en caso de ganar las elecciones va a convocar a sindicalistas y empresarios, entre otros sectores, a un gran acuerdo social para definir las políticas que ayuden a desacelerar la inflación, la principal causa junto a la recesión económica del aumento de la pobreza a 35,4% en el primer semestre de este año.
En ese sentido, la unificación del sindicalismo que lo apoya le asegura al candidato más peso propio en futuras negociaciones y también mayor control sobre la protesta social en un eventual gobierno ya que ambas centrales obreras tienen gran capacidad de movilización.
“Cuando miro el presente y lo que vamos a encontrar, veo casi un país como el que recibimos en 2003. El daño es semejante al que ha hecho Macri gobernando estos cuatro años”, dijo Fernández, exjefe de gabinete de ministros de Néstor Kirchner (2003-2007), y luego de la propia Cristina Fernández, tras la votación por la unidad sindical. La comparación aludió a la crisis económica que sacudió al país sudamericano en 2001, la peor de su historia.
La división del sindicalismo, sin embargo, se dio durante el gobierno del también peronista Carlos Menem (1989-1999). Algunos gremialistas entendieron que la CGT no cuestionaba las políticas neoliberales del mandatario y decidieron conformar otra central sindical.