Huelga de GM en EEUU la obliga a cerrar fábricas en México
DETROIT (AP) — Una huelga del sindicato United Auto Workers le ha costado a General Motors cerca de 1.000 millones de dólares y provocó una escasez de autopartes que obligó a la compañía a cerrar una fábrica de camionetas y otra de transmisiones en Silao, México.
El portavoz de GM, Dan Flores, confirmó que la producción en las plantas fue suspendida el martes por la mañana, lo que afectó a 6.000 trabajadores.
El cierre de plantas significa que GM ha perdido todo suministro nuevo para fabricar su camioneta ligera Chevrolet Silverado, el vehículo de más ventas de la compañía en Estados Unidos. Anteriormente, debido a la huelga, GM tuvo que cerrar una planta de motores en México y otra de ensamblaje en Canadá.
General Motors de México señaló que se realizará un mantenimiento “preventivo” a las instalaciones y equipos de la fábrica de Silao mientras permanece cerrada a causa de la disputa laboral en Estados Unidos y que espera reestablecer operaciones “en los próximos días”.
La compañía indicó que “por el momento”, las plantas en Ramos Arizpe, San Luis Potosí y Toluca operan normalmente.
La huelga de más de 49.000 trabajadores sindicalizados está ahora en su tercera semana y ambas partes están sintiendo los efectos. Los trabajadores en Estados Unidos están teniendo que sobrevivir con 250 dólares por semana en paga de huelga, en lugar de su salario básico normal de unos 1.200 dólares semanales.
La huelga de 16 días le ha costado más de 1.000 millones de dólares a GM, dijo el analista Ryan Brinkman, de JP Morgan, en una nota a los inversionistas.
Las pérdidas aumentan semana a semana, y ya sumaron 480 millones de dólares en la primera y 575 millones en la segunda, escribió Brinkman. La empresa está perdiendo 82 millones de dólares por día.
GM registra los ingresos de los vehículos fabricados en el momento que la planta los entrega a la empresa que los distribuye a los concesionarios. Por eso los ingresos están contados para todos los vehículos que ya están en manos de los concesionarios. Muchos acumularon existencias antes de la huelga y dicen tener de sobra.
El cierre de la planta de Silao puso más presión sobre GM para que ponga fin a la huelga, pero deberá equilibrar las pérdidas a corto plazo con los costos adicionales que podrían derivarse de la solución de la huelga, opinó Kristin Dziczek, vicepresidenta del Center for Automotive Research (Centro de Investigación Automotriz, un centro de investigación de la industria en Ann Arbor, Michigan).
"A corto plazo, esto les está costando, sin duda”, agregó Dziczek. "Todo se resume a los costos frente a los principios. ¿Las cosas que tendrían que ceder para poner fin a la huelga serán precedentes con los que vivirían durante las próximas décadas?", se preguntó.
Brinkman escribió que GM puede recuperar parte de las ganancias perdidas si incrementa la producción en el cuarto trimestre, una vez finalice la huelga, pero la empresa probablemente se verá limitada a aumentar la producción de vehículos que ya tienen gran demanda o donde lance nuevos modelos como las camionetas Silverado o GMC Sierra.
Las plantas de pickups y SUV grandes ya trabajaban seis o siete días a la semana para satisfacer la demanda antes de la huelga, por lo que resultará difícil aumentar la producción.
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El periodista de The Associated Press Peter Orsi contribuyó a este despacho desde la Ciudad de México.