Noruego Warholm gana 2do oro seguido en 400 con vallas

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Noruego Warholm gana 2do oro seguido en 400 con vallas
El noruego Karsten Warholm besa un obstáculo luego de ganar los 400 metros con vallas en el Mundial de Atletismo, el lunes 30 de septiembre de 2019, en Doha, Qatar (AP Foto/Hassan Ammar)

DOHA, Qatar (AP) — No había forma de que el noruego Karsten Warholm pudiera estar decepcionado. Saltó las 10 vallas, superó a sus siete rivales, ganó su segunda presea de oro consecutiva en un Mundial y siguió invicto en 2019, año en el que ha ganado sus nueve competiciones.

Pero ese récord mundial sigue sin caer, tal como ha ocurrido en cada carrera de 400 metros con vallas desde 1992, cuatro años antes de que naciera Warholm.

En una carrera considerada ideal para quebrar al fin esa marca establecida hace 27 años, Warholm cerró el programa del lunes completando su recorrido en 47,42 segundos. Se quedó a 64 centésimas del récord que posee todavía Kevin Young.

El noruego se impuso a otros dos atletas que ostentaban en su currículum tiempos inferiores a los 47 segundos: el estadounidense Rai Benjamin y Abderrahman Samba, nacido en Arabia Saudí y quien compite para Qatar, el país anfitrión.

Warholm se unió a Edwin Moses, el dominicano Félix Sánchez y Kerron Clement entre los atletas que han ganado en dos mundiales consecutivos esta prueba. Sin embargo, no pudo eludir la pregunta de por qué un récord tan añejo sigue vigente.

“Para ser sincero, no me importa”, respondió. “Si yo hubiera ganado la medalla de oro con un tiempo de un minuto, también estaría feliz. No voy con la intención de romper el récord mundial, sino de divertirme y ganar la carrera”.

En cualquier otro país, una medalla de bronce para un deportista local, como la que consiguió Samba, habría generado ovaciones atronadoras. Pero para el momento en que este atleta naturalizado superó al marfileño Kyron McMaster en los últimos 50 metros para ganar lo que podría ser la única presea de Qatar en este Mundial, buena parte del escaso público se había marchado.

La cuarta jornada del Mundial deparó también algunas sorpresas.

El mejor sprint del día fue quizás el del sueco Daniel Stahl, campeón sueco en el lanzamiento de disco. Corrió por el campo después de su último intento y atravesó un par de vallas con la bandera de su país arropándole las espaldas.

“Quería mostrar a la gente que los tipos grandes no somos sólo pesados y fuertes. Podemos también correr”, dijo Stahl.

La segunda mejor celebración fue de los aficionados etíopes, uno de los pocos contingentes numerosos en Doha, donde el estadio ha lucido semivacío toda la semana. Dos grupos con banderas en el rincón sudoriental del inmueble enloquecieron cuando Muktar Edris ganó los 5.000 metros para lograr su segundo título consecutivo.

Más tarde, cerca de esa misma esquina, la ucraniana Yaroslava Mahuchikh, de 18 años, aseguró la medalla de plata en el salto alto y reaccionó como si hubiera obtenido el oro.

Luego de conseguir un salto de 2,04 metros, tomó la bandera amarilla y azul de su país, y comenzó a desfilar por el estadio. Se vistió con un uniforme más abrigador y puso fin a su noche.

Había conseguido su mejor marca personal, que representó también un récord sub20. No se molestó siquiera en hacer un intento más alto, lo que dio el triunfo a la rusa Mariya Lasitskene, quien había logrado la misma altura en menos oportunidades.

Fue la segunda medalla dorada de Rusia en el Mundial, aunque oficialmente Lasitskene compite como neutral, debido a la sanción que pesa sobre su país por dopaje.

“Estaba muy contenta con la plata”, explicó Mahuchikh. “Tuve mi mejor marca personal. Soy joven, y dos metros con seis será quizás algo para el futuro”.

Estaba ya garantizado que habría una nueva monarca en los 800 metros, pues Caster Semenya no participa ante la polémica decisión de la IAAF que le habría obligado a reducir con medicamentos sus niveles naturalmente altos de testosterona para competir.

Fue una sorpresa el hecho de que la ganadora no fuera la estadounidense Ajee Wilson ni nadie sino la ugandesa Halimah Nakaayi.

Lo mismo puede decirse de la keniana Beatrice Chepkoech, ganadora del steeplechase, quien estaba en el grupo puntero hace dos años, pero se equivocó en la curva, antes del obstáculo de agua, y tuvo que retroceder. Ello le costó tiempo y esfuerzo valiosos, en una carrera que ganó eventualmente la estadounidense Emma Coburn.

Chepkoech aprendió la lección. Ganó esta vez con un registro de 8 minutos, 57,84 segundos. Superó por 4,51 segundos a Coburn, quien se quedó con la plata.

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