Johnson dice que servicio médico de GB es intocable en TLC
NUEVA YORK (AP) — El primer ministro británico Boris Johnson prometió el lunes que le dirá al presidente Donald Trump que cualquier noción de que empresas estadounidenses adquieran partes del preciado sistema de salud de Gran Bretaña, el cual es financiado por el Estado, no estará a discusión en cualquier futura negociación comercial y que Estados Unidos tendrá que abrir sus mercados a los productos británicos si es que quiere concretar un acuerdo.
Johnson dijo que le establecería límites al presidente proteccionista cuando se reúnan esta semana en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York. También planea decirles a los líderes empresariales y políticos de Estados Unidos que Gran Bretaña tendrá un mercado de pocas regulaciones que “estará abierto al mundo” después de que el país se desprenda de la Unión Europea.
El premier llegó el lunes a la cumbre global con una agenda llena. Johnson intenta persuadir a los líderes de la Unión Europea de concretar un elusivo acuerdo de separación con Gran Bretaña, mientras también intenta establecer los lineamientos para un acuerdo comercial post-Brexit con Estados Unidos, algo que el gobierno ve como una de las principales recompensas del Brexit.
El primer ministro conservador está dispuesto a establecer un fuerte lazo con el mandatario republicano, quien se ha referido al líder británico como “un muy buen hombre”.
Pero Johnson dijo a los reporteros que lo acompañaron a Nueva York que le dirá a Trump “que cuando hagamos un acuerdo de libre comercio, debemos asegurarnos de que (el Servicio Nacional de Salud) no sea parte de las conversaciones, de que de ninguna manera perjudiquemos o pongamos en riesgo nuestros estándares en bienestar animal e higiene alimentaria durante el pacto, y que ingresemos a los mercados estadounidenses”.
También comentó que Estados Unidos tendría que comenzar a importar carne de res y cordero británicas, las cuales están prohibidas, y reducir los aranceles a los productos fabricados en Gran Bretaña.
Quienes se oponen al Brexit temen que el Servicio Nacional de Salud — una institución sobrecargada pero de gran aceptación en el país y fundada en 1948 para brindar servicios de salud a todos los británicos — quede expuesta a las empresas estadounidenses como parte de las negociaciones comerciales. También han insinuado que Gran Bretaña tendría que aceptar importar carne de pollo bañada con cloro, una práctica de la industria avícola estadounidense que está prohibida por la Unión Europea.
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El periodista de Associated Press Geir Moulson contribuyó a este despacho desde Berlín.