Argentina: estatales exigen aumento de salarios por crisis
BUENOS AIRES (AP) — Trabajadores estatales argentinos realizaron el martes una huelga en reclamo de la reapertura de las negociaciones para lograr un aumento salarial en medio de un creciente malestar social causado por la inflación y la recesión económica.
Los manifestantes pertenecen a la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y la Central de los Trabajadores de la Argentina Autónoma (CTAA), que se concentraron en algunos puntos de Buenos Aires para marchar luego a la Plaza de Mayo, frente a la casa de gobierno. En las principales ciudades de distintas provincias del país también se produjeron paros y movilizaciones.
Los reclamos provienen de empleados de organismos públicos, médicos, docentes y judiciales que rechazan las políticas de ajuste implementadas por el conservador presidente Mauricio Macri a pedido del Fondo Monetario Internacional, que en 2018 concedió un préstamo por más de 56.000 millones de dólares al país para paliar una crisis cambiaria y económica que en las últimas semanas recrudeció por la fuerte depreciación del peso argentino y el aumento de los precios.
Hugo Godoy, secretario general de ATE, acusó al gobierno de haber puesto al Estado “al servicio de la fuga de capitales y de la especulación financiera”. En un acto en la Plaza de Mayo agregó que “estamos en las calles para que el Estado no sea instrumento de las empresas transnacionales sino un instrumento soberano”.
Con grandes carteles que rezaban “Despedidos de la era Macri”, los manifestantes exigieron la reincorporación de decenas de miles de trabajadores a sus puestos.
Además apuntaron contra las políticas de Macri y del FMI como responsables de la reducción de la capacidad de compra de los salarios y la precariedad laboral.
Los reclamos de distintos sectores se incrementaron al calor del abrupto aumento del precio de los alimentos y otros productos causado por una devaluación del peso del 25% desde la contundente derrota de Macri ante el opositor kirchnerista Alberto Fernández en las primarias del 11 de agosto de cara a las presidenciales del 27 de octubre, en las que el mandatario busca su reelección.
El cimbronazo que sacudió al mercado cambiario se debió en gran parte al temor de los inversores al regreso al poder del populismo kirchnerista y sus políticas de mayor intervención en la economía.
En Argentina las devaluaciones conllevan automáticamente una disparada de los precios. Según economistas, la inflación superará el 50% este año.
El gobierno no ha dado señales de estar dispuesto a habilitar nuevos aumentos en el sector público, aunque evaluaría la concesión de un bono. En el sector privado, los pedidos de aumentos también se han intensificado y los acuerdos a los que eventualmente lleguen empresas y trabajadores deben ser homologados por el Ministerio de Producción y Trabajo.
Durante la jornada de protesta los estatales también se sumaron a la demanda de organizaciones sociales y políticas para que el gobierno declare la “emergencia alimentaria” mediante el incremento de las partidas de alimentos y ayudas económicas para los comedores populares instalados por vecinos en barrios carenciados y para los comedores que funcionan en iglesias y escuelas, donde muchos niños tienen asegurada al menos una comida diaria.
"En un país como el nuestro, lo más fácil que puede resolver un gobernante es que nadie se vaya a dormir sin comer", dijo a medios de prensa Pablo Micheli, secretario general de la CTAA, quien consideró que las movilizaciones durante el proceso electoral van a ir en aumento.
El gobierno ha señalado que en los últimos tiempos incrementó las raciones de comida para comedores y que la “emergencia alimentaria” no será abordada por el Ejecutivo sino por el Congreso, donde hay varios proyectos presentados.
A raíz del recalentamiento de la inflación el Ejecutivo intentó mejorar el poder adquisitivo con medidas como la eliminación de las retenciones a los sueldos de los trabajadores, el incremento del salario mínimo y la eliminación del IVA en algunos alimentos, pero que según sus críticos son insuficientes.
En julio la canasta básica alimentaria registró un aumento de 57,3% respecto del mismo mes de 2018, según las últimas cifras oficiales. Este indicador es clave en la medición de la pobreza, que afecta a más del 32% de la población.