El papa en África: conflictos, corrupción y cambio climático
CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El papa Francisco viaja esta semana a varias naciones de África: Mozambique, Madagascar y Mauricio, donde visitará algunos de los países más pobres del mundo en una región que ha sido golpeada duramente por algunas de las mayores preocupaciones del pontífice: los conflictos, la corrupción y el cambio climático.
El viaje del 4 al 10 de septiembre es la segunda peregrinación de Francisco al África subsahariana, a la que la Iglesia católica mira como su futuro, pues África es uno de los pocos lugares de la Tierra donde están creciendo la comunidad católica y las vocaciones sacerdotales.
Francisco fomentará ese crecimiento, especialmente cuando rinda homenaje a los católicos que fueron decisivos en la difusión de la fe en África. Entre ellos se encuentra Jacques-Desire Laval, un misionero francés del siglo XIX que dedicó su vida a predicar a los esclavos negros de Mauricio. Francisco rezará en su tumba durante una escala de un día en la isla del Océano Índico.
En la primera etapa del viaje, se espera que Francisco aliente el proceso de paz de Mozambique, que dio un gran paso adelante en agosto cuando el partido gobernante Frelimo y la oposición armada Renamo firmaron un nuevo acuerdo de paz.
En 1992, la organización benéfica católica Comunidad de San Egidio, con sede en Roma, ayudó a negociar el primer acuerdo de paz para poner fin a los 15 años de guerra civil en Mozambique, que se calcula que causó la muerte de un millón de personas y devastó la antigua colonia portuguesa. El alto el fuego permanente firmado el 1 de agosto fue la culminación de años de negociaciones para poner fin a los combates que se han intensificado esporádicamente en los 27 años transcurridos desde entonces.
Angelo Romano, un funcionario de la Comunidad de San Egidio que representó a la Unión Europea durante los esfuerzos de mediación internacional que ayudaron a lograr el acuerdo del 1 de agosto, dijo que la visita de Francisco ayudaría a solidificar el acuerdo y a ayudar a todo el país a mirar hacia adelante.
"Creo que es una feliz coincidencia que el papa Francisco venga justo después de la firma", dijo Romano. "Claramente es una paz que hay que aplicar, respetar y hacer crecer, pero no hay duda de que el papa puede de alguna manera poner su sello en ello".
Más que cualquier otro papa antes que él, Francisco ha hecho de las preocupaciones ambientales un pilar de su papado, vinculando el calentamiento global a la explotación persistente de los pobres del mundo por parte de los ricos. Ha publicado toda una encíclica sobre la necesidad de cuidar la creación de Dios y el mes que viene presidirá una reunión de obispos de la Amazonía, donde el recrudecimiento de los incendios de la selva tropical ha vuelto a centrar la atención internacional en la necesidad de preservar lo que él llama los "pulmones del planeta".
También se espera que las preocupaciones ambientales del papa estén presentes cuando Francisco viaje a la nación insular de Madagascar, en el Océano Índico, hogar de ecosistemas y vida silvestre que no existen en ningún otro lugar de la Tierra. La deforestación está amenazando hábitats vitales, pues los agricultores talan y queman tierras forestales para hallar un suelo fértil en un país azotado por ciclones y sequías que se suceden a lo largo de todo el año.
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Meldrum reportó desde Maputo, Mozambique. La periodista de The Associated Press Laetitia Bezain en Antanarivo, Madagascar, contribuyó para este despacho