Lacunza, el economista al que ata su suerte Macri
BUENOS AIRES (AP) — A Hernán Lacunza, el flamante ministro de Hacienda de Argentina, le atribuyen buena pegada para ejecutar los tiros libres en los partidos de fútbol que organiza el presidente Mauricio Macri en su residencia. Ahora deberá mostrar igual precisión y contundencia con un plan económico que ayude a su jefe político a transitar los meses más difíciles de su gobierno.
Lacunza, de 50 años, asumió el martes en reemplazo de Nicolás Dujovne tras la derrota del oficialismo en las primarias para las elecciones presidenciales de octubre en las que Macri busca su reelección.
El resultado, inesperado para muchos, sumado a la incertidumbre que genera en los inversores un eventual regreso al poder del populismo -la fórmula integrada por Alberto Fernández y la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) fue la más votada con 47,65%- provocó una devaluación del peso de más de 30% en los tres días posteriores a las primarias del 11 de agosto, hizo caer los activos argentinos en los mercados nacional e internacional y puso en duda el cumplimiento de las metas fijadas con el Fondo Monetario Internacional tras conceder al país un crédito por más de 56.000 millones de dólares en 2018.
Lacunza “tiene el duro trabajo de tratar de idear más medidas como las anunciadas la semana pasada mientras intenta calmar a los inversores y obtener la ayuda del FMI”, dijo el analista Daniel Kerner, de la consultora Eurasia Group, sobre los anuncios del gobierno para paliar el costo social de la devaluación como la eliminación del impuesto al valor agregado en los alimentos básicos.
En este escenario, los analistas ven difícil que el gobierno pueda revertir el resultado de las primarias. La suerte de Macri está atada a la capacidad de Lacunza de controlar la volatilidad del mercado cambiario y generar expectativas de un alivio para los alicaídos bolsillos de los argentinos en los próximos meses.
“Tiene buenas relaciones con personas clave en el gobierno, es visto como competente... y fue una de las pocas alternativas que Macri tenía”, lo definió Kerner.
Lacunza, licenciado en economía en la Universidad de Buenos Aires, era hasta el lunes ministro de Economía de la provincia de Buenos Aires, el mayor distrito electoral del país que fue determinante para la victoria del kirchnerismo en las primarias. Se le reconoce haber ordenado las cuentas fiscales pero la oposición le ha cuestionado que llevó a la provincia a un endeudamiento histórico.
El economista prácticamente desarrolló toda su carrera en el sector público. A principios de la década del 2000 ingresó a la cancillería como director del Centro de Economía Internacional. Entre 2005 y 2010 fue gerente general y economista jefe del Banco Central. Tres años después inició su vínculo político con Macri, entonces alcalde de la ciudad de Buenos Aires, como gerente general en el Banco Ciudad.
Desde 2016 manejó la economía de la provincia de Buenos Aires bajo el mando de la gobernadora María Eugenia Vidal, aliada política de Macri.
A partir de ese año Lacunza, fanático de Racing Club, también se volvió una presencia habitual en los amistosos de fútbol que organiza el presidente en la residencia de Olivos, un suburbio al norte de la capital. En tiempo de descuento para concluir su mandato, Macri necesita que le acierte a la economía como al arco en los tiros libres.