Afganos restauran obras de arte destrozadas por el Talibán
KABUL (AP) — Los talibanes llegaron portando martillos y llenos de rencor. Lo que dejaron a su paso está ahora, 18 años después, en enormes mesas en el Museo Nacional de Afganistán: trozos de estatuas de Buda destruidas por ser consideradas obras de apóstatas.
Expertos del museo en Kabul han estado tratando de repararlas en momentos en que Afganistán vive en incertidumbre en medio de negociaciones entre el Talibán y Estados Unidos para poner fin a la guerra. Se prevé que el acuerdo llevará a un diálogo entre afganos en que el grupo extremista tendrá un papel en decidir el futuro del país.
Los expertos, con manos enguantadas, manipulan los pedazos, cada uno con una etiqueta distinta: “ojos”, “manos”, “orejas”. Y el futuro del país parece más frágil que nunca.
Han surgido pocos detalles de las negociaciones que Estados Unidos ha entablado con el Talibán en el último año y nadie sabe que implicará un regreso de los talibanes la capital Kabul. En el país siguen ocurriendo ataques casi a diario, no sólo del Talibán que ahora controla casi la mitad del país, sino también de la filial local del grupo Estado Islámico.
Cuando el Talibán estuvo en el poder impuso un sistema político y social draconiano. Las mujeres tenían prohibido tener educación o siquiera salir de la casa. También estaba prohibido todo tipo de manifestación musical. El régimen Talibán, sin embargo, llegó a su fin después de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, cuando Estados Unidos con otros aliados invadieron el país porque el Talibán albergaba allí al grupo al-Qaida y a su líder Osama bin Laden.
Sherazuddin Saifi recuerda el día en que vinieron los talibanes al muse en el 2001, una época en que el grupo islamista destruyó todo tipo de artefacto artístico o cultural, incluso dinamitando las enormes estatuas de Buda en la provincia Bamyan, acontecimiento que causó estupor en el mundo entero.
Por varios días, los talibanes fueron seleccionando obras de arte guardadas en el museo de Kabul, artefactos que reflejaban un crisol de culturas: griegas, persas, chinas y de otras tierras. Las que tenían figura humana las aplastaban con martillos o las tiraban al piso.
“No podíamos hacer nada. Vinieron, rompieron los candados, entraron en cada habitación, sacaban las estatuillas y las rompían”, relató Saifi, quien participa en el esfuerzo por reparar los artefactos. "Fue horrible, desgarrador... esa gente estaba destruyendo su propia historia”.
Más de 2.500 estatuillas fueron rotas, algunas reducidas a polvo. La tarea de restauración podría tardar una década entera, dijo Saifi, pero "estaremos muy felices el día que estén enteras otra vez”.
Entre los objetos destrozados están las estatuillas Hadda, una colección de esculturas budistas descubiertas hace décadas en el este de Afganistán, cerca de lo que hoy es la ciudad de Jalalabad. Fotografías viejas de las estatuillas muestran gran nivel de detalle en la representación de cabellos y labios.
Los talibanes las rompieron en pedazos, algunos del tamaño de un puño o una moneda. Ahora algunas están en el taller donde se mantienen unidas con goma, aunque el rompecabezas es tan complicado que podría durar días siquiera unir una pieza con otra.
Las estatuillas Hadda son la imagen más prominente de la labor de recuperación tras años de conflictos en Afganistán que comenzaron incluso antes de la llegada de los talibanes, quieren eran caudillos locales que tomaron el poder en Kabul tras la retirada soviética.
Gran parte de la colección del museo, miles de piezas, fueron saqueadas y el edificio fue cañoneado, aunque algunos tesoros fueron escondidos en el palacio presidencial en Kabul y otros lugares. Incluso el techo de la sala donde las estatuillas Hadda están actualmente siendo reparadas fue destrozado.
La recuperación del museo comenzó en el 2004, en momentos en que el derrotado Talibán poco a poco fue reagrupándose. Algunas reliquias han sido reparadas en años recientes. Actualmente, el museo y el Instituto de Estudios Orientales de Chicago están tratando de elaborar un inventario con la esperanza de algún día poder encontrar las piezas faltantes. Además, hay planes de colocar todas las imágenes en plataformas digitales en caso de que las obras de arte vuelvan a ser dañadas en el futuro.
La base de datos está completa en un 99% y hay más de 135.000 piezas allí, dice el instituto. Para las piezas faltantes, aspira a crear letreros con la leyenda “Se Busca” y colocarlos en internet, “para el caso en el que si esas piezas son avistadas, puedan ser recuperadas y repatriadas”.
Expertos y activistas del acervo cultural afgano han expresado descontento por el hecho de que al parecer la preservación cultural no ha sido uno de los temas abordados en las negociaciones entre el Talibán y Estados Unidos, que han estado centradas en una retirada militar estadounidense y en garantías talibanes de que no usarán más el país para lanzar ataques terroristas contra otras partes del mundo.
"Si lo han hablado, no estamos al tanto, y es un tema del cual estamos muy pendientes", manifestó Adam Tiffen, subdirector de la Alianza por la Restauración del Acervo Cultural, una entidad basada en Virginia. El emisario estadounidense en las negociaciones con el Talibán, Zalmay Khalilzad, es el director emérito de la organización.
“Si no aprendemos de nuestro pasado somos unos tontos, diría yo”, expresó el director del museo Mohammad Fahim Rahimi, quien está sumamente preocupado por la posibilidad de que el Talibán regrese y está haciendo planes para proteger las colecciones del museo.
"Espero que hayan aprendido que nada de esto va contra el islam, nadie está venerando estos objetos, que todos saben que estos objetos son una muestra de nuestra historia”, dijo Rahimi.
Llamó a los talibanes a visitar los museos en Doha, Qatar, donde ese grupo tiene una representación diplomática, para que vean los artefactos exhibidos allí.
“Hemos cambiado mucho en 18 años” desde que el Talibán fue derrocado, dijo Rahimi. "Si ellos están aquí y ostentan el poder y no cambian su mentalidad, entonces definitivamente estamos igual que cuando comenzamos y todo lo que habríamos logrado se habrá evaporado".
No todos los artefactos Hadda fueron destruidos. A poca distancia del taller en el museo donde están las piezas destrozadas por el Talibán, hay una estatua intacta de un Buda que data de los siglos III o IV d.C.
"Su rostro es de calma meditación”, dice la placa enfrente.